Shota Aizawa.

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―¿Shota?

(...) apareció por el marco de la puerta y miró hacia la cama del dormitorio en busca de Aizawa. Seguía muy preocupada por el incidente de los villanos en la U.S.J. donde su desaliñada oruga resultó herida.

―¿Sigues sin querer despertar? ―(...) se acercó hasta la cama donde se sentó y le apartó el pelo de la cara a Aizawa dejando a la vista la cicatriz que le quedó de recuerdo. Le preocupaba que durmiera tantas horas, si él ya de por sí era un vago en aquel momento era el doble. Besó su frente y le dejó descansando.

Tenía que hacer algunas cosas en la casa, como alimentar a cierto gato que Aizawa ya tenía cuando ella se mudó a su casa. Ambos eran iguales, desaliñados, vagos y muy dormilones. Y los dos siempre se peleaban por las atenciones y el regazo de (...) que era el mejor lugar para dormir.

―Aquí esta tu comida, Erasercat...

(...) se río al decir el nombre del gato, ella había decidido llamarlo de esa forma pues así se parecería más a Aizawa. Tras pasar la mañana en compañía del pequeño gato además de hacer algunas cosas como corregir cientos de exámenes de la U.A. Aizawa decidió bajar y dar acto de presencia. La chica se quedó un poco embobada viendo a Shota medio desnudo sólo vistiendo los pantalones del pijama, con el pelo desordenado, descalzo y su pequeña barba y bigote.

―¿Cómo te sientes?

―Cansado.

―¿Cansado de dormir? ―preguntó (...) alzando una ceja.

Él se acercó hasta la mesa donde se encontraba (...) realizando su trabajo y la rodeó con sus brazos, por supuesto ella no perdió la oportunidad y hundió la cabeza en su pecho. Cerró los ojos al notar que le acariciaba el cabello de forma perezosa y de pronto los volvió a abrir sorprendida de notar las manos de Aizawa agarrando su trasero.

―Ey, Shota ―protestó (...) sonrojada, pero no le quedó de otra más que aceptarlo―. Aún no estás bien para eso.

En lugar de responderle decidió llevársela en brazos a la habitación donde la dejó sobre la cama no sin antes quitarle su short. Le quitó la camisa por encima y pronto acercó sus manos a la espalda, para desabrocharle el sujetador y quitárselo dejando a la vista esos apetecibles pechos que tanto le gustaban. Se demoró el tiempo que quiso con cada pecho, mordiendo y marcando cada centímetro de piel que considerara de su propiedad. (...) no pudo evitar gemir al notar sus pezones endurecerse bajo las ardientes caricias de Aizawa, sentía que se iba a deshacer cada vez que la acariciaba con su lengua caliente y juguetona.

Cuando (...) metió las manos en su pelo enmarañado, Shota levantó la cabeza sólo para besarla y hacerla gemir mientras apretaba sus suaves pechos con ambas manos, recostándola en la cama mientras él le abría las piernas con su rodilla.

―No me cansó de ti, de este cuerpo ―susurró contra sus labios, (...) respiró hondo al notar la mano de Aizawa tocando su cuerpo de forma descendente hasta llegar a su sexo cubierto por la lencería.

―Shota aún estás débil...

Él ignoró su protesta callándola con un beso húmedo y caliente, usando su lengua para penetrar su boca mientras su mano se ocupaba de quitarle las bragas. (...) estaba muy roja, sentía calor en todo su cuerpo y no sólo en las mejillas. Incluso se aguantó las ganas de protestar cuando el pelinegro se apartó lo justo para quitarse los pantalones del pijama y quedar como llegó al mundo.

Sus nervios aumentaron el doble al notar el roce de aquel cuerpo, delgado pero muy bien definido. El peso de su cuerpo contra el de ella, cada jadeó y gemido que se le escapaba mientras Aizawa y sus dedos no dejaban de masajearle el clítoris con insistencia. Haciendo círculos y presionando su botón de nervios, gemía sin poder evitarlo.

PLUS ULTRA! (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora