•Soy Bambi Henderson, me enamoré perdidamente de Axel Foucande, mi crush. No sabía que iba a dar vuelta mi mundo en cuestión de instantes... prepárense para la intensidad (en todos los sentidos) ahora sólo les queda ver toda la historia.
DERECHOS D...
Después de un rato de espera por fin llega mi turno de pedido.
—Hola. Dos daikiris de frutilla y un agua, por favor—le digo a la joven que atiende detrás del mostrador entregando el dinero.
—Ya te preparo—contesta.
—Sí, gracias—me distraigo un rato para mirar a mi alrededor. El balcón es demasiado grande, da una vuelta completa al techo de la casa, por eso es que Alex y Mich quedaron del otro lado. Miro la noche, la luna, las estrellas, a la gente pasar, riendo...de repente me cruzo con dos personas que son novios, se dan un beso tierno y a la vez lleno de pasión, mientras él le toma la mano para dirigirse hacia otro lado, que intenso pienso. Y me sonrojo torpemente imaginando si algún día podré vivir esa clase de relación.
Se despejan todos mis pensamientos al dar vuelta mi cabeza porque veo que Axel está observándome atentamente ¿Lo peor? Solo.
—Mierda—susurro en voz baja a la vez que acomodo inútilmente mi cabello para darme vuelta rápidamente como si no lo hubiera visto. Disimular no existe en mis principios ¡Ay Bambi!
Siento una vez más el corazón en la boca, fuerte Bambi, fuerte repite mi mente. Tienes que tener el carácter que ganaste aunque te derritas por dentro... que este estúpido lindo, si, estúpido bombón, no piense que te tiene atrás, lamentablemente varones creídos sobran y...
— ¿Hola?—saluda curioso.
No intento caer en la situación porque no me parece real, claramente. ¡Pero si! ¡Te acaba de hablar intensa! ¡¿Qué no te das cuenta?!
—Hola—giro mi cuerpo con todo el coraje del mundo. Le clavo una mirada profunda, como todas mis miradas que... básicamente me delatan.
Sin embargo lo noto incómodo, no sé si yo le provoco ese estado o él es así. Dios... es tan lindo, deja ver su cuerpo a través de una fina musculosa blanca, su cabello es hermoso, rebelde... y sus ojos me hacen tener un viaje de ida. ¿Cómo puede hacerme sentir tanta atracción?
—No sé qué decirte porque es raro que me contestes bien—se ríe.
¿Qué? ¿Pero este chico es idiota o practica?
—Me tengo que ir, mi amiga se siente mal y le tengo que llevar el agua—finalizo cortante para retirarme de la situación.
Una vez más te estoy dejando. No entiendo nada de la situación, ni de nosotros, ni de mi misma. Me da miedo que me lastimes tal vez, estoy tan perseguida que me cuesta confiar en alguien, a la vez no me resisto a vos... y a lo que podría pasar.
— ¡Nos vemos el lunes igual!—grita desde el otro extremo.
El viaje.
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