Jamás había odiado a nadie y tu hiciste que fuera tan fácil, con tu voz, con tu mirada, con tu sonrisa, tus palabras, tu manera de pensar hacen que odiarte sea más fácil.
Tu y tu maldita arrogancia se pueden ir a la mierda junto mi odio atorado en tu garganta, ocultate bajo la tierra para que ya nunca te vea y así mi cabeza al fin pueda caminar derecha.
Quiero que sepas que muy en el fondo de este musculo llamado corazón existe un sentimiento solo para ti...
Te odio.
