Buenas pesadillas.

105 5 3
                                    

Estaba enfrente del tocador terminando de maquillarme. Perfilé mis labios de rojo pasión y me mire en el espejo. Me había pintado la ralla de arriba y de abajo haciendo que mis ojos marrones parecieran los de un gato, los labios estaban con un rojo pasión que lo hacían más gruesos. Me puse de pie para verme entera. Llevaba un corsé negro que en la forma de mis pechos hacia punta, con unos minipantalones que se ceñian a mi culo muy bien, este estaba enganchado a unas medias de encaje negras hasta mis muslos. Para terminar unos tacones negros de plataforma y una bata  fina de encaje que se transparentaba todo de color negro.

Mi querida ayudante-mejor amiga Sonia me contemplaba con una enorme sonrisa- Ese duque querrá pagar millones por ti en cuanto te vea tan hermosa.

Sonreí al escuchar esas palabras. Tenia parte de razón, me veía sexy con este conjunto.

-Me ha dicho el director Moisés que a visto a la duquesa Marina con el prostituto de Samuel. Todo esta conforme al plan, supongo que al duque no le quedara mucho para aparecer por esa puerta- dijo señalando detrás mía.

-Ya sabia yo que esa mujer no era de trigo limpio-Yo nunca había visto al duque así que estaba nerviosa por ese encuentro que tendríamos. 

Debia convencerlo de que costeara nuestro asqueroso burdel en un hermoso teatro para poder bailar sin parecer prostitutas. De repente escuche el click de la puerta, respire profundamente y gire poco a poco. Moisés estaba en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y me guiño un ojo.

-Estas hermosa mi querida Kattia-dijo una voz saliendo de detrás de Moisés.

Gire para mirar al dueño de esa melodiosa voz y lo primero, choco mi mirada fue con unos ojos marrones verdosos que me miraban con intensidad. Me fije mejor y era un hombre muy atractivo , iba con un traje negro y una camisa blanca , de su cuello caía una corbata grisácea oscura. Tenia una muy buena forma física, pero lo que más me había atraido eran sus hermosos ojos de los que no podía apartar la mirada.

-Lo mismo digo querido duque- dije haciéndole una pequeña reverencia. 

-Por favor , llámame Cristian y no hace falta que me de una reverencia mileidi- se acerco a mi y cogió mi mano, acercando sus carnosos labios a esta. Deposito un tierno beso que hizo que me ruborizara.

-Bueno, nosotros les dejamos que hablen. Querida, le dije al duque que seria buena idea que le explicaras tu que tan hermoso quieres dejar esto. Y que él tome una decisión con tu punto de vista.

-Me parece fantástico Moisés. ¿Y a usted que le parece querido Du...Cristian?-rectifique a tiempo.

-Me encantaría- me miro intensamente, me sentía desnuda bajo su mirada.

-Perfecto, si necesitan algo, estaré ayudando a las chicas para el próximo acto-salierón Sonia y Moisés por la puerta, pero antes de cerrarla dijeron en voz baja - suerte.

-Y... Cuénteme, ¿Qué tiene pensado hacer?- dijo contemplando mi cuarto. Es rojo con mucho dorado. Con sillas y una mesa a un lado, una armario enorme dorada al otro. Siempre me a gustado esos colores.

-Pues las chicas de aquí merecen aprender algo más que bailes de cavarete  anticuado, hay que enseñarles que pueden bailar otro tipo de cosas. Por eso nos encantaría convertir este burdel en un hermoso teatro donde todas las mujeres que quieran bailar, cantar y actuar vengan-conteste con una sonrisa en mis labios.

-Me gusta su idea,señorita, pero sin faltar le al respeto ¿Comó conseguirá que unas prostitutas bailen algo más... que no sea cabarett? Ellas han nacido para eso-la sonrisa se me borro de la cara.

-Con respeto señor ¿Nos estas llamando prostitutas?-intente que sonara lo más educado posible, pero me estaba empezando a cabrear.

-A usted no señorita, a las mujeres que están hay fuera exponiendo sus ropas interiores levantando sus faldas.

-Por eso necesitan esto Cristian-dije con más confianza- Necesitan un lugar en el que aprender algo más que eso. Esto ayudaría a miles de mujeres que aman bailar y cantar a aprender algo más que burdel.

Creo que empezaba a ceder ya que me miro con ojos comprensión.

-¿Amas cantar cierto?-pregunto con una  sonrisa en los labios.

-Con toda mi alma, por eso quiero que más mujeres lo hagan- dije decidida.

Nos quedamos mirando unos instantes en los que me sentí cómoda. Cristian empezó acercarse poco a poco, no retrocedí ningún paso, puso su mano en mi mejilla y vacilo un poco antes de rozar sus carnosos labios con los mios.

-¿Qué me estas haciendo?-dijo en un susurro.

-No se a que te refieres...-lo mire a los ojos como pude, ya que estaba demasiado cerca.

-La primera vez que vine ya te habia visto y no se que hicistes que no te puedo sacar de mi cabeza-suspiro - ¿Puedo besarte?

¿Lo dejaba o no? Es la persona más hermosa del mundo¿y yo estoy pensandome si dejo que me bese? Asenti lentamente. Cristian ya no vacilo, se lanzo a deborar mis labios como si no hubiera mañana, le correspondi al beso, me hizo sentir algo especial, como se dice cuando es muy hermoso... a ya, senti mariposas en  mi estomago. Cada roce que su mano tenia con mi piel desnuda hacia que tubiera corrientes electricas. Caminamos hacia la cama y cuando llegamos caimos en esta, Cristian encima de mi. Era todo tan bonito. De repente se separo de mis labios y me susurro.

-Te quiero Kattia ¿Kattia? ¿Kattia?-dijo, no se que pasaba, todo empezo a emborronarse y empece a gritar.

-Cristian, no, no te vayas.

Desperte sobresaltada y choque contra algo que me hizo caer otra vez en la cama. Abri los ojos y vi a Cristian maldiciendo en voz baja mientras se tocaba la frente.

.......................................................................................................................................................................................

Bueno bichitos, espero que os halla gustado este maravilloso sueño que a tenido nuestra queria Kattia. comentar y votar.

Besetes.

Bajo el mismo techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora