《Capítulo 6:》"Eres especial"

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POV's Todoroki.

Me separé de ella unos minutos después. Tenía las mejillas bañadas en lágrimas, y sentí lástima por ella. Cogí su cara con mis manos y se la sequé con los pulgares. Cerró los ojos y suspiró levemente.

-¿Mejor?-pregunté.

Izuku asintió y dio un paso hacia atrás. Tenía las mejillas algo sonrosadas, aunque lo intentaba esconder. No me había dado cuenta de la incomodidad del asunto hasta aquel momento. ¿Qué coño hacía?

-Oi, Todoroki-kun...-murmuró, con la voz aún quebrada.

Sentí un pinchazo al oírla usar de nuevo conmigo el kun, pero lo ignoré. ¿Qué me esperaba? Realmente debía de ser idiota.

-Dime.

-Podrías...¿no informar de esto a mi padre...?

"Mandaré a algún colega a darle algún que otro susto. Para que confíen en ti, debes haberle salvado la vida unas cuantas veces."

-No puedo hacer eso, Izuku. Debo hacerle el informe como siempre.

-No quiero preocuparlo.-se le rompió la voz y se mordió el labio superior para no derramar más lágrimas.

Suspiré. Eso de tener dos trabajos era frustrante. Si solo fuese su guardaespaldas, me callaría; pero, también era su futuro verdugo. A demás, tenía que ganarme la confianza de los Midoriya al completo. No solo la de su hija.

-Lo siento.

Asintió y con una mano se quitó un revoltoso mechón de pelo rizo de la cara.

-Entiendo...

-Oi, Izuku.

-¿Hm?-me miró a los ojos.

-¿Realmente no tienes...ninguna singularidad...?

Sacudió la cabeza.

-No. Por eso estás aquí tú, Todoroki-kun.

Me la quedé mirando, fascinado. El brillo de sus ojos era increíble. Su verde esmeralda me mantenía hechizado, no daba apartado la mirada. "Es tan guapa..."

Me di una bofetada mental por decir aquello y, avergonzado por mi comportamiento, me di la vuelta.

-Iré a hablar ahora con tu padre.-y le cerré la puerta antes de que pudiera contestar.

POV's Izuku.

Poco después de que Todoroki-kun se fuera, me cambié para ponerme unos pantalones cortos y una camiseta blanca de manga corta. Suspiré, cansada. ¿Por qué el corazón me había latido tan apresuradamente cuando me secó las lágrimas? Sentía vergüenza de mí misma.

La puerta se abrió sin ser llamada, y me giré a ver quién era. Kacchan. Parecía incluso cabreado. "Nada nuevo." Pensé.

-Oi, cabeza de arbusto, ¿fue bien el examen?-preguntó, con las manos en los bolsillos y apoyado en el umbral de la puerta.

-Eso creo.-fingí una de mis sonrisas convincentes.

-Tsk. Vas a enfermar si estudias tanto.

-Lo sé, Kacchan.

Suspiré y me senté en el borde de la cama. Él hizo lo mismo.

-Te estás excediendo demasiado, pedazo de idiota.

-¿Y qué quieres que haga?

-Que descanses, imbécil.

-¿Alguna vez dirás una oración sin que me insultes?-lo miré, divertida.

El Brillo De Tus Ojos | ᵀᴼᴰᴼᴰᴱᴷᵁ-ᶠᴱᴹWhere stories live. Discover now