Capítulo 23

2.2K 98 2
                                    

7:55pm. César dijo que pasaría por nosotros, bueno por mi, a las 8:00 así que lo estoy esperando.

Lo que me puse para esta fiesta fue un pantalón normal junto con un top negro y unos vans negros.

10 minutos después bajé a la sala donde Mario ya se encontraba, como siempre, iba bien peinado, bien vestido y con un chingo de perfume.

En cuanto me vio me miro de arriba a bajo, pude sentir como mis mejillas se ponían un poco Rojas.

—¿También llevas condones?. —Pregunté.

Mario aparto su vista de mi cuerpo.

—¿Que?. —preguntó sin entender.

—¿Qué si llevas... —Me interrumpe.

—Si escuche solo que no entiendo para que o que.

—Pues para coshar con alguna tipa por ahí, o con Juanpa. —Levente mis cejas de arriba a bajo.

Mario soltó una risilla.

—Con Juanpa no necesito condón. —Levanto una ceja.

—Te recuerdo que también existen las enfermedades de transmisión sexual. —Rodee los ojos con una media sonrisa en mi rostro.

—Tienes razón, espero que tu también lleves los tuyos, no vayas a salir premiada.

—Ey, virgen hasta el matrimonio.

Ni yo me la creí.

—Aja —Mario entre cerro la ojos—. Te recuerdo que me dijiste que no eras virgen y aparte no eres tan santa como aparenta.

—Oye, no me falte al respeto jovencito. —Dije haciendome la enojada.

Mario abrió la boca pero la cerro al momento en el que escuchó un pitido.

César, pensé.

—Ya nos tenemos que ir. —Hable para después ir directo a la puerta.

La abrí y salí, César estaba a lado de su coche y vestida un pantalón negro junto con una camisa Blanca, se veía tan, PERFECTO.

Fui directo a él y lo besé, un beso corto.

—¿Y él?. —Pregunto César señalando algo a mis espaldas.

Me volteé

—Oh, el es Mario, perdón por mi avisarte que el iba a venir.

—No te preocupes. —Me dio una sonrisa.

—Hola. —Saludo Mario

—Hola, Mario ¿verdad?. —Dijo César mientras le daba la mano

—Si, tu debes de ser César ¿no?. —Estrecho su mano con la de César.

Pensé que cuando se vieran se iban a odiar, pero por lo que veo puede que se lleven bien.

—Bueno, nos vamos. —Hablo César

- Si, si.

César como el caballero que es me abrió la puerta del auto y yo entre para que luego el la cerrara, Mario se sentó en los asientos de atrás y obviamente César en el del conductor.

15 minutos después ya estábamos en frente de la casa de Nath, había una que otra perosna afuera sentada en el pasto, me imagino que adentro debe de estar muy lleno y caluroso por las personas que están bailando como si no hubiera un mañana.

Caminamos hasta la entrada y todo el mundo estaba bailando y tomando, al entrar se siento un aire caliente, había personas besándose en las esquinas más oscuras que realmente no estaban muy oscuras ya que los podíamos ver.

Nath nos recibió.

—Están es su casa, si necesitan algo solo me avisan. —Se despidió y se perdió en la gente.

—Yo estaré con Zurita. —Hablo Mario.

—Si, tu ve con tu novio. —Le dije con una sonris y Mario solto una carcajada para después irse.

Tome un poco del vaso rojo que Nath me había dado.

—Y si nos vamos a sentar. —Hablo César.

—Si, claro.


Encerrados || MB || Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora