Siendo feliz.

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*RIIIIIIIIIIIIIIIIIING...*

La sirena que anunciaba el fin de las clases ya había sonado.

Judith, estaba muy ilusionada, y salio deprisa de su clase, hacia la salida del instituto, pero alguien le detuvo cuando estaba a punto de salir de allí.

- ¡Hola! ¿Cómo te ha ido la clase de naturales? Tu profesor no es que haya salido muy contento de ahí ehhh.- Dijo David.-

- ¿Y tú como lo sabes?

- Judith judith judith... ¿no sabes que te observo todos los dias?

- ¿Cómo?

- Jajajajajajaja no te asustes, era broma. A ver, te explico, tu profesor es mi profesor de naturales también,  y he tenido clase a última hora, después de que tú tuvieras, y nos ha hablado de tu clase.

- Los profesores siempre hacen lo mismo, ¿han dicho algo de mí?

- Sí, que eres un bellezon de persona y una chica muy muy muy guapa.

- Yo creo que eso no lo ha dicho el profesor -dijo ella dandole un codazo flojo.

- Jajajajaja vaaale vaale, pero lo digo yo. ¿Vas andando a tu casa?

- Sí, ¿por qué lo dices? -le preguntó todavia sonrojada de los piropos.

- Por que si me permites, me gustaría acompañarte.

- Jajajaja ¡vale!

- Vamos señorita.

- Vamos - le dijo Judith sonriente.

Cuando llegaron a la casa de Judith, estos se despidieron dandose dos besos y un abrazo.

*All the lies she has seen all the meaner side of me...*

La melodía de su móvil,  "The Superheroes" de the script estaba sonando, era su canción favorita y le trae muchos recuerdos. Rápidamente,  agarró su móvil, y comprobó que era su "maps" (mejor amiga para siempre) Sonia.

Hablaron duramente treinta y cinco minutos, y Judith le conto tooodo lo de David, al igual que Sonia también le conto su día.

Era viernes, ¡VIERNEEES! ¡Por fin podia descansar! Es su dia favorito, sin pensárselo dos veces.

Su madre le llamó para comer, había ensalada de pasta.

Después de comer, hablo con David, cada vez se picaban mas, habia muchas risas y hablaban mucho, denasiado.

David fue el primer amor verdadero de Judith, y espera que no haya otro después de él.

Ella se puso a ver una película, divergente, se la había comprado el otro día y estaba deseando verla, era el único dia que podia disfrutar de ella sin pensar en qué tenia que estudiar o en los deberes que tenia que hacer.

Cuando habían pasado cinco minutos de la película,  sonó el timbre de la casa, y abrió su madre.

Era un chico guapísimo, alto y parecía simpatico, David.

La madre de Judith, Macarena, llamó a su hija, que bajó enseguida al escuchar la voz de David, y cuando estaba abajo, le presentó a ese chico que le había robado su corazón.  Le enamoraba su sonrisa, era preciosa, con esos labios carnosos y sus dientes perfectos. Cuánto daría por besarlos, por tenerlo a un centímetro...

-Bueno, os dejaré solos -dijo Macarena.

-¡Encantada señora!

- ¿Que haces aquí? -le preguntó Judith.

-¿Yo? Pues aquí estoy, contigo, ¿pasa algo?

- No no, me gusta estar contigo, pero no sé, no me has avisado jajaja.

- Quería darte una sorpresa, ¿que estabas haciendo?

- Veía una película jajaja.

-¿Cuaaaaal? ¡Me encantan las películas!

- Alaa, ¡y a mí! Es divergente, ¿quieres verla?

- Claro, ¿vamos?

- Vale, vamos.

- Vale -dijo David, y soltó una sonrisa.

Genial día,  Judith estaba muy feliz. Todo le parecía un cuento, aunque la realidad no es así. Cenó un filete de pollo y picó alguna que otra patata.

Después de eso, se fue a dormir, estaba muy cansada.

¡Buenas noches! - recibio un mensaje de David, pero Judith ya estaba dormida.

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