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¿Irianna Bullrich probablemente sea 
descendiente del diablo? 

Las campanas del pueblo sonaron, indicando que eran las nueve en punto de la mañana

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Las campanas del pueblo sonaron, indicando que eran las nueve en punto de la mañana. Iria y Minho continuaban sentados en el mismo sitio desde que llegaron, aunque, Minho se había quedado dormido ahí. Su brazo yacía apoyado en su rodilla y su puño aguantaba su rostro. Iria le miró, ¿no estaba incómodo? ¿cómo es que aún no ha despertado?

Las campanas pararon de sonar y Minho seguía sumido en su sueño, increíble. ¿Con ese sonido tan irritable de las campanas sonando, ni siquiera se despertaba? Pensaba Iria. La susodicha giró su cabeza y pudo ver como las puertas de la biblioteca estaban siendo abiertas. La señora Olsson abría la cerradura con suma paciencia, esa mujer era puro amor.

Iria volvió su mirada hacia Minho, no se le ocurrió otra cosa que, despertarlo de la peor manera; dando un manotazo en el brazo con el que aguantaba su cabeza, causando así, que su brazo cayera hacia adelante, su cabeza no tuviera apoyo y así, acabar despertándolo.

― Cuando menos te lo esperes, te lo devolveré.― habló Minho, mirando con enojo a la chica. Esta sonrió de manera inocente, encendiendo y calentando el interior de Minho.

― Ya veremos.― Respondió a la "amenaza", tomándoselo a cachondeo.― Hey entremos, debes ayudarme, ¿recuerdas?― Iria se levantó del escalón e inconscientemente sacudió su falda, sacando cualquier tipo de suciedad que pudiera haberse pegado. Extendió su mano a Minho para que este la cogiera, y así lo hizo. Se levantó e imitó la acción de la chica, él sacudió sus pantalones.

― Vamos.― Habló él, y ambos empezaron a subir los pocos escalones que les quedaban para llegar finalmente a la puerta. El exterior estaba totalmente vacío ni una sola persona pasaba por ahí. Extraño, pensó ella.

Finalmente llegaron hasta la puerta y seguidamente, entraron a la biblioteca. La señora Olsson permanecía sentada de lo más tranquila en su respectiva silla, mientras ojeaba algún que otro libro.

― Buenos días, señora Olsson.― Iria se acercó a la mujer, con una sonrisa plasmada en su rostro.

― ¡Oh! Buenos días, Iria y...― la adorable mujer se quedó mirando a Minho, esperando a que este dijera su nombre, sin embargo Iria fue quién pronunció el nombre del chico.

― Minho, su nombre es Minho.

― Entonces, buenos días a ti también, Minho.― Él, tímido, sonrió y pronunció un leve "gracias" e "igualmente", casi inaudible.― y bien, ¿qué haces aquí, cariño? ¿no deberías estar en casa?― La mujer preguntó, Iria nunca pasaba a esa hora por ahí, siempre iba por las tardes, cuando sus clases particulares habían acabado.

― hoy... simplemente prefería venir aquí.― la mujer, inconforme, asintió.― Bien, nos vemos luego, debemos... Investigar sobe algo...― Y sin nada más que decir, Iria cogió la mano de Minho, tirando de él y llevándoselo hacia otra parte.

Luego de dar vueltas y más vueltas, ambos llegaron a una estantería bastante alta. Iria miró hacia un lugar poco más alto que ella y luego a Minho. Dio pequeños toques con su dedo índice en el brazo de Minho: ― Minho...― La chica lo llamó, él la miró.

― ¿Sí, Iria?― Habló él, usando un pacífico y tranquilo tono. 

― ¿Podrías... coger aquél libro, por favor?― Ella elevó su brazo y con el dedo señaló a cuál se refería. A Minho le pareció tierno su acto, y sin ningún problema aceptó, él sí llegaba y podía coger dicho libro. Lo tomó y se lo extendió a Iria, esta murmuró un leve "gracias".

 Lo tomó y se lo extendió a Iria, esta murmuró un leve "gracias"

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Y así continuaron, agarrando y leyendo libros por doquier. Así pasaron la mañana, intentado buscar una razón y explicación al porqué había aparecido esa frase en el sueño de la chica.

El reloj de la biblioteca marcaba las doce del mediodía, era impresionante como el tiempo pasaba tan rápido.

― Iria, ven... Creo que he encontrado algo...― Minho la llamó y ella sin duda alguna dejó su lectura, se levantó y caminó hasta quedar al lado de Minho.

― Déjame ver, ¿dónde?― Minho marcó con su dedo un párrafo el cual decía: "Se dice que, el diablo antes de ser enviado al infierno, dejó a una mujer embarazada, ésta era una humana. Ahora, los descendientes de dicho ser le pueden escuchar gracias a que él es capaz de comunicarse con sus descendientes."

Iria miró con asombro:― no, eso es imposible.― Dijo a Minho, este negó.

― Observa el siguiente párrafo.― Habló él, señalándolo.

Este ponía: "Dichos descendientes no podrán entrar a las iglesias puesto que, su piel empezará a quemar y arder, dejando luego unas cicatrices en sus pieles. Tendrán habilidades extrañas, algunas sobrenaturales, algunas no. Tampoco podrán controlar su ira, ya que, la ira y el enojo los cegarán por completo dejándolos sin la capacidad de pensar antes de actuar..."

Iria cerró el libro. Minho agarró la mano de la chica, y con suma delicadeza, levantó la manga de su camisa dejando ver así todas sus cicatrices.

― Cuéntame cómo te hiciste eso, Iria. Dime la verdad.― El semblante de Minho yacía serio, no hablaba en broma, eso a Minho no le parecía coincidencia ni casualidad.

¿Irianna Bullrich probablemente sea descendiente del diablo?

de verdad que quiero disculparme porque no he tenido tiempo de nada, me siento muy mal porque bRo, no actualizo "liar" desde octubre y no me gusta estar tanto tiempo sin actualizar.
Me disculpo, lxs amo 🥺💗👼

ꜥꜤ LIARWhere stories live. Discover now