Georgia Rose. (Harry Styles a.u)

¿Celine?

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Beth.

Estaba durmiendo plácidamente -como nunca en mucho tiempo- cuando mi sueño se vio interrumpido por el odioso sonido del despertador.

Lo apagué casi al segundo, no quería que fuera lunes.

Empezaba el nuevo cuatrimestre en la universidad y ya estaba deseando que fuera verano para tener que dejar de ir; y más ahora que Harry no iba a estar.

Sentí la mano de Harry al rededor de mi cintura y quería morir, tenía la esperanza de que estuviera igual de cansado que yo.

-Despierta, amor.

Seguí con los ojos cerrados y aparentando estar dormida, con la esperanza de que se apiadara de mi y me dejara dormir, pero no fue así, sino que me hizo cosquillas y me retorcí en mi sitio.

-Sé que estás despierta, nena -susurró en mi oído.

-¿No puedo quedarme hoy en la cama? Por fa, estoy muy cansada, ayer el concierto me dejó muerta.

-Lo siento, pero si yo tengo que ir a trabajar, tú vas a la universidad.

-¿Y si faltas?

-Es el primer día, Beth.

-Mejor, así no notan la diferencia.

Rió y me dio un beso en el cuello.

-No me hagas levantarte.

-Te odio. Mucho. ¿Lo sabías?

Me dio otro beso y se levantó de la cama dejándome sola.

-No decías eso anoche.

Tiré una la almohada en la dirección donde creía que estaba y casi al instante

Harry me levantó en sus brazos.

-¡Harry!

-Te avisé.

-Bá. Ja. Me.

-Venga, os tengo que llevar a la universidad y ya me voy a trabajar.

Me dejó en el suelo y me fui a la ducha.

Siempre me duchaba por las mañanas porque si no estaba segura de que me dormiría en clase, y no estaba dispuesta a pasar por lo que pasé aquella vez con mi profesor de Economía. Odiaba a ese profesor, es más creo que era un odio mutuo.

Cuando ya estuve lista fui a la cocina y Harry estaba terminando de desayunar. Me hice un zumo de naranja y me comí una magdalena con pintitas de chocolate, eran mis favoritas.

En menos de media hora estábamos ya en el coche. Los dos con caras de sueño y cada uno en su mundo, pero yo ganaba por goleada en cuanto a aspecto de cansancio.

La sorpresa de Harry ayer me había dejado exhausta y sentía como si un camión me hubiese arroyado, pero repetiría la experiencia las veces que hiciese falta.

Cuando llegamos me despedí de Harry después de quedar en que él me recogería y de desearle suerte con su nuevo trabajo.

Se me hizo raro comer en la cafetería sola, normalmente comía con Harry, María o Zayn, a veces los cuatro juntos pero, Harry ya no estaba; a María no le había visto y aunque le había mandado un mensaje no me había contestado; y bueno, Zayn, seguía sin hablar con él y aunque le echaba de menos era demasiado orgullosa.

Estaba saliendo del comedor, bueno, más bien dejando la bandeja de la comida con el resto cuando alguien se tropezó conmigo y me echó toda su comida encima suya, y los dos caímos al suelo.