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La motocicleta de Felix se detuvo frente a él, y JeongIn sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con JiSung.

El alfa frente a él se quitó el casco, su cabello desordenado cayendo sobre sus ojos, y JeongIn sintió deseos de pasar sus dedos por entremedio de su pelo.

Por supuesto, se contuvo.

―¿Necesitas un aventón para tu casa? ―preguntó Felix sonriendo, ofreciéndole el casco.

JeongIn lo tomó, poniéndoselo, y subió detrás de Felix, abrazándolo por la cintura, el masculino olor alfa envolviéndolo.

JeongIn no sabía a qué olía él, no podía adivinar su aroma, pero esperaba que no fuera algo tan fuerte como el olor de Felix porque él inmediatamente quedó un poco aturdido cuando el aroma de cuero y pino lo llenaron.

―¿Puedo pasar la noche en tu casa, por favor? ―preguntó en voz baja.

Felix pareció tensarse unos segundos, sin embargo, luego relajó sus hombros y encendió la moto.

―Tus deseos son órdenes, Jeonginnie.

Cerró sus ojos cuando el apodo envió una ola de calor por su espina dorsal, y se aferró al cuerpo de Felix apenas partió, apretando contra su cuerpo la cajita con las cartas.

Minutos después Felix se estacionó fuera de un conjunto departamental por lo que JeongIn se bajó, esperando al alfa para que lo guiara a su hogar.

―Vivo solo ―comentó Felix en el ascensor―, bueno, con JiSung ―se removió, nervioso―. Sobre lo del otro día, me disculpo por él...

JeongIn le miró, asintiendo.

―No importa ―contestó restándole importancia.

Felix rascó su mejilla, sin decir otra cosa, y cuando las puertas del ascensor se abrieron salió hacia la derecha, deteniéndose delante de una puerta. JeongIn le siguió avergonzado pero sin saber exactamente el porqué.

El más alto abrió, quedándose quieto.

JeongIn sintió que se ahogaba cuando un olor suave, como loción de bebé, llegó a su nariz.

―¿Felix? ―se oyó una voz viniendo del interior―. Estoy aburrido, Felix, ¿por qué no vienes y me follas?

Sentía de pronto sus mejillas coloradas, en especial cuando los ojos de Felix se dilataron.

―Mierda, JiSung, ve a ponerte algo de ropa ―ordenó Felix entrando.

―¿Por qué? ¿Sigues enojado conmigo? Anda, prometo... ―JiSung se enderezó cuando JeongIn apareció también, sin mirarlo a los ojos―. Oh ―el omega bajó un poco la camisa blanca y larga que llevaba, ocultando su ropa interior―, bueno, si quieres un trío...

―¡JiSung!

El omega soltó un resoplido, poniéndose de pie, y marchándose al cuarto mientras murmuraba por lo bajo.

Felix dejó las llaves de la moto sobre la mesita junto a su casco, frustrado y molesto, y JeongIn cerró la puerta detrás de él, sin saber qué hacer exactamente.

―¿Quieres un café? ―ofreció Felix yendo a la cocina americana.

JeongIn sacudió su cabeza, nervioso, y Felix le miró unos segundos. Luego, abrió el refrigerador sacando dos cervezas, ofreciéndola una en silencio.

El más pequeño miró la lata, parpadeando.

―Soy menor de edad ―dijo, pero agarró la cerveza.

𝙔𝙪𝙖𝙣𝙛𝙚𝙣 - 𝙃𝙮𝙪𝙣𝙢𝙞𝙣Where stories live. Discover now