|°Capítulo 14°|

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—... Cayó un nuevo integrante del clan que tanto atormenta en todo el país. Fuentes cercanas afirman que éste habría querido asesinar a más de siete familias colocándoles explosivos en sus hogares, sin embargo los agente es de la C.P.D.I (Centro de protección al derecho de la igualdad) pudieron detenerlo antes de tiempo... —Jimin sonrió al escuchar la voz del periodista que provenía del canal de noticias que ni siquiera estaba viendo, solo lo oía de fondo ya que tenía la vista enfocada en unos expedientes que debía analizar. Él había formado parte de aquel grupo de agentes que lograron salvar a esas familias el día anterior y se sentía orgulloso de eso—... En instantes se revelará una entrevista exclusiva con el teniente Choi Siwon... En otras noticias...

Suspiró y dejó los papeles sobre la mesita que tenía enfrente. Buscó el control remoto entre las cosas y cuando lo tuvo entre sus manos apagó la televisión, aburrido de escuchar noticias que mucho no le interesaban. Se levantó del sofá en el cual estaba sentado y caminó hacia la cocina en busca de un vaso de agua, creyendo que tal vez eso le ayudaría a relajarse un poco, pues se sentía ligeramente estresado en consecuencia de que era su día libre, pero su jefe le había dejado la tarea de examinar una cantidad infinita de expedientes de personas sospechosas que se debía investigar.

Había estado alrededor de dos horas sentado en aquel sofá revisando uno por uno cada documento y ya no lo soportaba más, necesitaba un descanso, lo cual era irónico dado que era su día de descanso. Terminó de beber el vaso de agua y pensó que sería buena idea ir a ver que cómo estaba Jungkook. Quizás distraerse un rato con él le serviría para alivianar tensiones, más tarde podría seguir con su trabajo.

Así que se dirigió a la habitación del menor, abrió la puerta despacio, el aroma a pintura fresca invadió sin permiso sus fosas nasales, pero antes de ingresar, observó con atención lo que estaba haciendo el castaño. Éste se encontraba subido a una escalera, tenía entre sus dedos una brocha pequeña salpicada en pintura blanca y vestía el enorme buzo manchado que él le había dado; Jungkook estaba terminando de pintar una nube en la pared y no era la única que había hecho. Una de las paredes, la cual poseía un color azul mucho más claro que las demás, puesto que cuando pintaron la habitación no les alcanzó el azul y tuvieron que mezclarlo con el blanco, obteniendo un celeste como resultado. Esta misma pared ahora contenía varias nubes en diferentes sitios: nubes que se hallaban pintadas a la perfección.

Jimin se quedó anonadado al ver toda esa obra de arte que había creado el pequeño. Él, horas antes, con el objetivo de mantenerlo distraído, le había dado el permiso para utilizar el resto de las pinturas que sobraron y realizar dibujos en la pared; idea que se le ocurrió a Jungkook. Sin embargo, nunca se imaginó que podría llegar a ser capaz de hacer semejante dibujos.

Las nubes tenían una estructura tan sólida, con un sombreado y contraste que le daban vida propia. La dimensión jugó un papel importante haciendo que la misma luciera esponjosa de manera que, para la ilusión óptica, parecía que sobresalía de la pared. Y solo se podía decir wouw.

De pronto, Jungkook intentó bajarse de la escalera, pero ésta un segundo después se tambaleó provocando que el ojiverde pisara mal el escalón, de modo que se resbaló y estuvo a punto de caer directo al suelo de no ser por Jimin, quien al percatarse de la situación corrió a atraparlo en el aire. Lo sujetó con fuerza entre sus brazos, alejándolo del peligro. Jungkook al principio se asustó, pero al caer en la cuenta de que el mayor lo había atajado sin permitir que se lastimara, se relajó con evidencia; la calma había regresado a su ser.

—Creo que nunca me cansaré de salvarte —dijo con honestidad el pelinegro, mirándolo directo a los ojos.

El castaño tornó una genuina sonrisa de felicidad marcando sus hoyuelos, sin eludir un leve rubor en sus mejillas. Le resultó encantador el hecho de que Jimin estuviese allí para salvarlo del peligro una vez más. Le gustaba demasiado que lo protegiera, le agradaba saber que estando junto a él nada malo le podría suceder. Era, tal vez, la primera vez en su vida que se sentía realmente seguro y también la primera vez que sentía un extraño cosquilleo en su estómago que no era hambre. Sin duda, Jungkook creía que el mejor sitio para estar era entre los brazos de
Jimin.

—¿Estás bien? —preguntó el ojiazul, aunque la respuesta era más que obvia al observar la blanquecina sonrisa del menor.

Jungkook asintió y al instante Jimin lo dejó de pie sobre el suelo.

—¿Tú has hecho eso? —realizó la pregunta mirando con asombro la pared con todos aquellos dibujos, no dejaba de impresionarse al volver a observarlos. Eran increíbles.

—Sí —contestó el menor jugando de modo inocente con sus dedos que se encontraban manchados con la pintura blanca— ¿te gusta?

—¿Qué si me gusta? Me encanta, Jungkook —dijo fascinado, sin quitar la vista de las preciosas nubes que parecían muy reales.

No tenía idea de que Jungkook supiera realizar aquella actividad tan bien, ignoraba ese gran talento que poseía, porque claro que era un talento; no cualquiera podría ser capaz de hacer eso.

—¿Por qué no me has dicho que eres bueno en esto? —cuestionó mientras enviaba su mirada hacia el pequeño.

—Es que... no lo sabía... es la primera vez que lo hago —explicó el castaño con un tono de voz bajo que apenas se lograba escuchar, llevando su vista hacia sus manos como si éstas fuesen mucho más entretenidas que la mirada del castaño, sintiéndose de alguna manera nervioso.

Jimin frunció el ceño sin comprender. ¿Acaso había oído bien? ¿había sido la primera vez que lo hacía? ¿cómo era eso posible? No, no podía ser cierto. Nadie sin experiencia lograría lo que Jungkook había hecho.

—No lo entiendo... Pero, ¿si sabes acerca del dibujo, no? ¿alguien te enseñó?

—No, he visto unos vídeos en donde explican las técnicas del dibujo y la pintura y... yo solo... lo hice —dijo encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto.

—¿Vídeos? —el ojiazul hizo una mueca de incomprensión, la misma que realizaba cuando asistía a clases de matemática, encontrándose en un estado de perplejidad— ¿En serio?

No era normal, por supuesto que no lo era. ¿Qué clase de ser humano veía un vídeo y ya con eso se transformaba en una profesional en el arte? ¡Ojalá a Jimin le hubiese sucedido eso! Le hubiese ayudado mucho en la escuela, pues siempre había sido un asco con las actividades artísticas. Con suerte y dibujaba a una persona con un círculo en la cabeza y líneas en el resto del cuerpo. Patético.

—Bueno, para ser la primera vez que lo haces te ha quedado demasiado, pero demasiado perfecto —halagó Jimin impresionado—. No sé si estoy en tu habitación o en el cielo.

Jungkook soltó una ligera risita adorable, luego de que sus mejillas se sonrosaran levemente como ya era de costumbre.

—Gracias —mencionó medio tímido—, siempre he querido estar cerca de las nubes, sería lindo...

El pelinegro durante el resto del día no pudo quitarse de la mente aquella frase que el ojiverde había dicho. La oración permaneció grabada en sus pensamientos hasta el último segundo que se mantuvo despierto. No existía manera de borrar las palabras, de detener la angelical voz de Jungkook que repetía eso un y otra vez en su cabeza. Jimin deseaba darle todo lo que su pequeño quisiese y si éste quería estar cerca de las nubes... lo tendría.  

Peligro de Extinción (Jikook) [Adap.]Where stories live. Discover now