Los Borges - El Marginal

Lᴏs ᴛʀᴇs sɪ ᴏ sí

Escuchamos cómo se acercaba la ambulancia. A unos metros se la veía custodiada por una patrulla que iba  adelante.

‒ Ahí vienen muchachos ‒ les grité a los otros.

Corrí a la par de mí hermano ayudando a acomodar el arma que haría que explote la patrulla.
Cuando Diosito jalo de la palanca haciendo que dispare hacia los policías, la patrulla se prendió fuego.

‒ ¡Dale Diosito, dale! ‒ gritó Barny para que se apure en ir a buscar a Marito.

Enseguida fui por las armas y las fui pasando a cada uno y corrimos hacia la ambulancia.

Le disparé al policía que iba de copiloto y Diosito se encargó del que manejaba. Corrimos hasta la ambulancia rápido.

Diosito abrió las puertas de la ambulancia mientras nosotros aputabamos. Y apareció nuestro hermano Marito gritando.

‒ ¡Para, para,  que es amigo. Le tienen que pagar! ‒ nos dijo mientras bajaba. y se abrazaba con Diosito- ay pendejo.

‒ Hola Marito, ¿estás bien? ay la puta madre ‒ dijo Diosito mientras lo abrazó.

‒ ¡Hermano!‒ dije después de que Diosito lo haya soltado.

‒ ¡Aria querida!. ‒ Nos dimos un abrazo corto y los demás se subieron a la camioneta junto a Marito.

‒ Gracias por cuidar a mi hermano loco ‒ le dijo al enfermero que estaba más bueno que con el que estuve ayer.

‒ Todo bien papá ‒ le respondió.

‒ Llegas a abrír la boca, te vamos a venir a buscar eh ‒ le dije mientras le guiñaba el ojo y nos íbamos.

‒ Vamos muchachos, cubranos las espaldas loco.‒ gritó Diosito y corrimos a la camioneta rápido.

‒ Vos nena no dejas de tirar onda ni aunque estés re casada loca. ‒ dijo molestando Diosito mientras subíamos al auto rápido.

‒ Cállate pelotudo, estaba re bueno, qué querés que haga. ‒ dije empujándolo en joda.