frénésie

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No podía entenderlo.

Como Naib Subedar podía comer tanto.

Era asquerosamente fascinante,aesop simplemente no podía dejar de ver.

Nisiquiera con el sol despierto,y ya aquel mercenario estaba "desayunando".

Había bajado por un poco de agua y se encontró con el,armando un alboroto con el pobre refrigerador.

Apenas vio aquella capucha asomada,se había ocultado tras la puerta de entrada a la cocina.

Y ahora,lo observaba comer sobre la mesa todo lo que podía.

Era hipnótico,pensaba que debía detenerlo pero es que no podía moverse de su escondite.

¿que demonios con comer salchichas y panesillos completos de una sola vez?

Y fríos,crudos.

También aquel enorme pedazo de pastel de chocolate,seguramente guardado por lucky o helena.

Ha de admirar como era tan delgado y a donde iba toda aquella comida.

La duda que más lo adornaba era,¿porque no comió entonces para cuando estaban todos celebrando su regreso hasta caer rendidos hace unas dos o tres horas?

Finalmente salio de su transe para cuando naib iba a por un tercer plato tamaño grande.

Cuando lo vio entrar,casi lanzaba todo al suelo en un intento de esconder su comida,más no era desapercibido el hecho de aquella hogaza de pan que tenia atrapada en su boca.

- tranquilo,solo venia por agua... - pudo admirar como relajaba su tensión,y desviaba la mirada hacia alguna parte,mientras se metía más en su capucha - ¿estas bien?,eso que tienes ahí es demasiada comida.

Subedar empezó a vacilar,con una expresión tímida y una mirada que se desviaba a todos lados menos hacia él.

- es un... atracón,de madrugada... - finalmente le respondía,y no le gustaba lo que escuchaba.

El había sido testigo de uno que otro atracón en el pasado.

Se acerco a el,sintiendose culpable del atracón de esta vez.

- ¿se debe a...lo que hice? ¿o lo de haber terminado en mi lugar? - se sentía fatal,queriendo escuchar su próxima respuesta por sobre todo,aunque fuera mala.

Sorprendentemente para él,negó repetidamente con la cabeza.

- entonces...¿a que se debe? - la duda lo estaba matando,casi arrancándole las neuronas curiosas que tenia.

- pues... - miro a un lado,pensativo,para luego redirigir su vista hacia el,por fin - solo me sentí ansioso,vacío y,...enserio no puedo evitarlo - aquel sonrojo avergonzado y esos ojos desviándose solo le daban una de cientos de razones para pensar lo mismo

Tierno

tan solo con desviar un poco la mente,naib ya se aprovechaba para seguir en aquel vil ataque nervioso de alimentos.

si seguia así iba a vomitar en algún momento.

- no,no,naib,detente - aparto tan rápido como pudo aquella torta que se iba a llevar a la boca para devorar - subedar,si sigues comiendo de esa manera vomitaras,y no pienso limpiar

- por favor...mira esa torta,tan deliciosa - sus ojos suplicaban por obtener su bocadillo de vuelta - por favor

No.

No debía seder,él...él se habia prometido así mismo que se dedicaria a naib,y eso implicaba cuidar de esos atracones locos.

Pero esos ojos de cachorro,y esas súplicas...

Como odiaba ser tan débil.

Si hubiera aguantado aquella carita de cachorro,no estaría limpiando vomito ahora mismo,antes de que todos despertaran.

Y no tendría a un mercenario dormido por colapzo alimenticio sobre la meseta de la cocina.

Gruño,al menos no podía holer el vomito con su mascarilla puesta.

Cuando termino de limpiar y de dejar todo reluciente,suspiro con alivio,y admiro a aquel glotón que descansaba tan plácidamente.

No podía enojarse con él,en lo absoluto,y mucho menos después de todo lo que hizo y hacia por un idiota cómo él.

Limpiar sus penas era lo mejor que podía hacer.

No tardo mucho en tomar un pañuelo,y limpiar aquella boquita llena de residuos y migajas fibrosas.

Mientras más se detenía a admirar,más se daba cuenta de los rasgos faciales que empezaban a enamorar su mente retorcida y su corazón agitable.

Tan tierno

Tan varonil

Tan subedar

se sorprendió consigo mismo cuando noto que llevaba demasiado tiempo mirando,y a quien acosaba con la mirada despertaba de aquel desmayo tan colérico.

Gran éxito seria el haberse alejado,pero aquellos ojos lo atraparon en su vandálico acto de observación.

Y esa sonrisa tonta,lo dejo completamente quieto.

- ¿acaso admiras lo miserable que soy justo ahora,Aesop? - hablo,con voz rasposa,seguramente con la garganta destrozada por el ácido que había invadido sus cuerdas vocales para terminar en el suelo.

Cada bello de su cuerpo se herizo ante lo detallista que estaba siendo su mente.

Se alejo de inmediato,enrojecido y ocultando aquel rubor que amenazaba sus mejillas con el delato máximo.

Naib se sentó correctamente tras su alejamiento,y sobo sus ojos con una pereza enorme.

- d-deberias ir a dormir,seguro no haz dormido nada - deseaba sermonearlo de forma graciosa,más no salía,los nervios dominaban.

- estaré bien,soy resistente al sueño - ese tono coqueto y chistoso le confirmaba que tenia a naib subedar devuelta completamente.

Rodó los ojos con receló,como había extrañado aquellas idioteces únicas.

Más en algo se equivocaba,en algo con importancia.

Si fuera el mismo subedar,entonces no se hubiera levantado y acercado a él para invadir su tan valioso espacio.

Su cuerpo tembló involuntario,aferrando el pañuelo que traía a mano en su pecho y obligando a sus ojos a cerrarse,esperando algo,aunque no sabia que era.

Sintió unos labios posarse sobre su mascarilla,simulando un roce de labios atravez de la tela,para luego dejarle ese deseo y espacio vacío,con el calor dominando todo su ser.

- gracias por no rechazarlo - esa voz feliz y suave no podía pertenecerle,¿como a de pertenecerle?

Sus ojos abriéndose solo comprobaban lo inevitable.

unos hermosos ojos frente a él,alejándose y desapareciendo tras aquella capucha que se esfumaba por la puerta de la cocina.

Su mundo se derrumbo cuando sus piernas flaquearon y le hicieron caer al suelo de senton,abatido,y con un revoloteo de mariposas peligrosas en su cavidad estomacal.

Nunca había deseado tanto el morir como ese día.

Si no lo mataba alguien,lo haría el amor que empezaba a tener por aquel encapuchado de verde.

քʟaʏ ✿ƒ ɦʊռtɛʀs {°•IDENTITY V•°}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora