Capítulo 10: Shockeado

228 19 38
                                    

Despertó, tendido en el piso. Estaba vestido, no recordaba nada de lo que ocurrió, pero su cabeza le dolía, demasiado a decir verdad.

Se levanto, casi tropezando por el mareo que le ocasionaba aquel dolor que sentía en sus sienes, masajeando un poco su cabeza para intentar aliviar un poco la zona afectada.

La oscuridad le rodeaba, mas un haz de luz caía sobre el, iluminándole en ese lugar anegado en tinieblas. 

- ¿Donde estoy? - se pregunto, sintiéndose realmente incomodo. Su respiración era pesada, le invadían los nervios y sus mas oscuros temores, mas hacia un esfuerzo para no perder el control. 

Lo sentía, había algo allí con el, esperándole. Avanzaba, siendo seguido por aquel haz que le iluminaba, al menos sentía algo de seguridad en la luz. Extendió su mano hacia la oscuridad, sintiendo con horror a las tinieblas que le rodeaban con la palma de su mano, retrayendola nuevamente hacia su ser. Hacia frío, sentía que la temperatura bajaba mas y mas, su cuerpo así se lo confirmaba.


- ¿Hal, Iris, Bruce, Wally? - grito preguntando, haciendo eco esos nombres en la acechante oscuridad.

Mas no hubo respuesta alguna, sintiéndose cada vez mas nervioso con cada segundo que pasaba en aquel lugar.


Decidió que quedarse allí no seria lo mejor, así que empezó a caminar ¿avanzaba o retrocedía? No lo sabia con certeza, no había nada que le indicara si había una salida de aquel sitio. Solo podía caminar y esperar lo mejor, sintiendo todavía como si algo le estuviera acechando.

Gritaba, una y otra vez, repitiendo los mismos nombres, esperando alguna respuesta en la lejanía. Mas no hubo respuestas, ni siquiera un leve sonido a la distancia que le diera un alivio a su atribulado ser.

-¿Que sucede? ¿Por que me pasa esto a mi? - Se pregunto, sin notar que alguien paso corriendo a su lado, apenas dando un leve roce con su cuerpo a este. - ¡Oye, espera! - grito, intentando detener a aquella persona, mas no hubo respuesta. Solo vio como la oscuridad se lo trago, aun oyendo los pasos de aquella persona alejándose mas y mas, hasta que solo volvió a haber silencio.

- ¿Que demonios sucede? - se pregunto, dándose la vuelta de nuevo.

Una parte de el deseo en verdad jamas haber visto aquello. Una gran sección de aquella área estaba iluminada, con cientos o quizás miles de personas frente a el. Ninguno decía nada, solo estaban mirando al frente, como si estuvieran mas allá de su propio ser. 

Lo noto casi de inmediato, las marcas en sus rostros, los brazos que faltaban, las manchas de sangre que cubría gran parte de sus ropas. Una parte de el le gritaba que gritara y corriera despavorido de aquel lugar, pero no podía, el miedo le tenia paralizado.

No había forma de que esas personas estuvieran vivas, el traumatismo en sus cuerpos...era demasiado severo. Nadie podría sobrevivir a heridas como esas.

No podía moverse, el sudor en su frente y espalda estaba helado, como rocío matutino en un día de invierno.

Poco a poco, todo aquel gentío empezó a avanzar hacia su dirección. No podía moverse, no podía darse la vuelta y huir. Estaba petrificado del miedo, cual guerrero de leyenda que había caído ante la atroz mirada de Medusa.

Un nauseabundo olor empezó a filtrarse en sus fosas nasales, poniendo a su cerebro en un estado aun mucho peor del que estaba hace unos momentos. Mas su cuerpo no le respondía, era tal la sobrecarga de emociones y pensamientos que no había manera de que su mente pudiera dar ordenes exactas.

Uno tras otro, pasaron a su lado. Hombres, mujeres, incluso niños avanzaron, todos a la par, todos lanzando una especie de quejido al avanzar, como si fueran un millón de voces al unisono.

Estoy contigo, durante esta noche oscura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora