"Cassiel" 2/3

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Teresa caminaba por una calle oscura, apenas unos momentos antes había discutido con Gerardo, un chico con el había empezado a salir, y en un arranque se había bajado del auto quedándose a medio camino.

Un hombre la siguió sin que ella se diera cuenta, debido a que iba sumida en sus pensamientos. En un instante le tapó la boca y la jaló a un callejón, le puso una navaja en la garganta, Teresa tiró su bolsa, pero el tipo no la soltó.

Justo cuando ella pensaba en lo peor, un joven apareció de la nada y sometió al tipo por el cuello, por reflejo él abrió los brazos y la soltó. Ella retrocedió mirando con atención; el joven le tiro un puñetazo a aquel hombre en el abdomen doblándolo de dolor y aprovechó el momento para estrellarlo contra la reja. El agresor, mareado y tambaleándose, se echó a correr.

Teresa miró al joven que la había asistido; era de estatura media, de cabello castaño y un poco riso, y de piel clara.

-¿Te lastimó? ¿Cómo te sientes? – Le preguntó el joven un poco preocupado.

-No, estoy bien, solo fue el susto – Dijo Teresa nerviosa. Aún estaba conmocionada por lo ocurrido – De verdad te lo agradezco, no sé qué hubiera pasado si...

Él le puso la mano en el hombro.

-No pienses en eso. ¿Tu casa está muy lejos?

Teresa asintió. Caminaron hacia la calle. Él saco su teléfono móvil e hizo una llamada.

-Acabo de llamarte un taxi de base para que te lleve a tu casa, llegará en media hora más o menos. – Dijo el joven con amabilidad.

-No, de verdad no tienes que hacer eso.

El chico se quitó la chamarra y se la puso por encima a Teresa.

-Descuida, lo importante es que llegues bien a tu casa.

Hubo un largo silencio.

-No te he preguntado tu nombre –Dijo Tere.

-Me llamo Cassie. Y tú eres...

-Teresa – Cassie sonrió

-Aún falta un rato ¿quieres algo? ¿Un té ó café?

-No, ¿cómo crees? ya has hecho mucho por mí.

-Bueno está bien, entonces espérame aquí, iré por un té para mí – Cassie entró a un mini súper que estaba cerca y salió un rato después con dos vasos de unicel.

-Le traje chocolate, señorita.- Teresa lo miró apenada.

-No, de verdad.

-¿Quieres té entonces? –Teresa sonrió y tomó el vaso de chocolate.

Pasó un rato más hasta que llegó el taxi, Teresa le dio la dirección al conductor y Cassie le pagó.

-Te pagaré lo del taxi y lo del chocolate. En serio.

Él negó y se acercó a la ventana del auto.

-Solo cuídate mucho ¿está bien? ¡Ah! ¿Podrías marcarme solo para saber que llegaste bien?

Teresa asintió y él le paso una tarjeta con su numero escrito en tinta azul.

Cassie se despidió y el taxi arrancó.

Teresa llegó a su casa, se quitó la chamarra y marcó de inmediato.

-Me alegra oír eso – contestó él.

-Debo devolverte tu chamarra.

-Descuida, nos veremos un día de estos.

Pasaron varios días sin noticia del muchacho, Teresa se había visto tentada a llamarle otra vez pero...

«Terror Psicológico»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora