Capítulo XVIII

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[Base de los Vengadores - Mañana]

Tony acariciaba el parche de nicotina en su brazo mientras observaba con reproche a Stephen. Su ahora doctor personal practicaba en él ejercicios de fisioterapia. Las manos temblorosas de Strange hacían su mejor esfuerzo por revisar el estado de sus músculos. El hechicero le prometió conseguir a un especialista en el campo que fuera de su entera confianza para que se encargara de su recuperación. 

STEPHEN: "Has pasado mucho tiempo en cama. Si intentas levantarte en este momento tus piernas cederán, eso no significa que algo vaya mal con ellas," (mencionó, atreviéndose a presionar sus dedos con un poco más de fuerza. Stark jadeó, ambos hombres se sonrojaron ligeramente) "Cuando estés listo permitiré que te vengan a visitar."

TONY: "Tengo al doctor más estricto de todo el complejo," (sonrió de medio lado. El hechicero le devolvió el gesto con la mirada gacha en su labor) "¿Despediste a todo el equipo médico de la base?"

STEPHEN: "No, dos enfermeras vienen tres veces al día para realizar tu rutina de aseo," (comentó con serenidad. Escuchar a Tony hablar con tanta lucidez lo tranquilizaba enormemente) "Aunque, debo admitir que en dos ocasiones tuve que darte tu baño de esponja."

TONY: "Noooooooo," (soltó con pánico. Cubrió su torso con ambas manos. Rostro sonrojado profundamente) "Dime que es una broma, Strange."

El hechicero rio roncamente desde su lugar. Él dobló la pierna derecha del magnate con sumo cuidado. Tony, por su parte, cubrió su rostro con ambas manos mientras negaba frenéticamente.

STEPHEN: "¿Por qué estas tan alterado? Creí que lo peor que podía hacerte, como tu doctor, era prohibirte fumar y obligarte a usar parches de nicotina," (sonrió abiertamente. Tony aún mantenía su rostro cubierto).

TONY: "Esto es humillante," (soltó dramáticamente) "No puedo creer que hicieras algo así por mí."

STEPHEN: "Tony, en primer lugar, soy doctor. Al inicio de mis estudios hice mucho voluntariado, así que para mi no representa ningún problema asear a alguien."

TONY: "Yo no soy un desconocido al que le secas los meados. Oh, Santo cielo..." (se quejó, en cuanto restregaba sus ojos).

El hechicero le dedicó una mirada comprensiva a su colega. Stark se encontraba muy avergonzado, así que él no presionaría con el tema.

STEPHEN: "Cuidarte me hizo bien, Tony... extrañaba ejercer la medicina de una manera más personal. Los últimos años en los que viví de mi profesión me los pasé presumiendo de mis habilidades. Cada caso se trataba del estatus que pudiese obtener al involucrarme. Mi antiguo yo quizás habría aceptado tratar tu asunto porque eres Tony Stark, la parte humana de velar por tu salud me la habría saltado sin dudarlo ni un solo segundo. Era una persona muy repelente," (mencionó con un dejo de vergüenza mientras flexionaba la pierna izquierda de su compañero).

Luego de un par de segundos de un silencio reconfortante, Tony se inclinó para tomar una mano del hechicero. Este se sintió cohibido ante el escudriño del castaño. Las cicatrices abultadas que recorrían su piel provocaban en Strange una profunda tristeza que poco hacía por su salud mental. Ver a Stark mirándolas atentamente solo despertaban en él una avalancha de inseguridades.

STEPHEN: "Son horribles..." (intentó apartarlas del agarre de Tony, pero este no se lo permitió, en su lugar, tomó ambas y las acarició con sus pulgares).

TONY: "Estas aquí," (murmuró, confundido con respecto a lo que necesitaba decir y lo que debería guardarse para si mismo) "Ellas te trajeron hasta aquí" (acarició la cicatriz más notoria) "Has salvado un número incalculable de vidas, vidas de personas que no conoces y de las que nunca sabrás sus nombres. Quizás no te de estatus, porque nadie te paga ni un solo centavo por todo lo que haces por los demás."

Los hombros del Hechicero cayeron. Un gran cumulo de tensión desvaneciéndose mientras observaba la mirada de adoración del castaño.

La mano de Tony alcanzó la mejilla del contrario y sus dedos acariciaron la piel alrededor de su estilizada barba. El genio no pudo evitar sonreír encantado por cuan atractivo era el hombre frente a él. Que su corazón fuera generoso, y sus maneras honorables, solo resaltaba aún más lo maravilloso e inalcanzable era para él.

Tony se sintió como un idiota por idealizar una vida perfecta junto a un hombre como él, ¿por qué alguien como Stephen Strange se plantearía algo más allá de una amistad platónica con un tipo emocionalmente devastado?

Grande fue su sorpresa, cuando, en medio de su letargo, el hechicero acortó la distancia entre ambos, y, con cautela, rozó su nariz contra la de Tony, en espera de ser aceptado. Él le permitió al genio tomar la decisión.

Stark tomó el rostro del hombre frente a él entre sus manos y estrelló sus labios contra los suyos, solo bastaron un par de segundos de labios gentilmente presionados para que este tentara con la punta de su lengua la abertura de los labios contrarios. Strange le permitió entrar con un suave gemido de satisfacción. El chasquido de sus lenguas, mientras exploraban sus bocas, fue acompañado por el roce de las manos de Tony sobre el pesado ropaje de Strange. El genio intentó desatar un nudo que había localizado discretamente, pero la tarea después de un par de segundos se volvió frustrante.

Stephen se apartó del beso para observar la frustración en el rostro del castaño. Este observó su ropa con especial apreciación.

TONY: "¿Cuántos cinturones usas? ¿Veinte?" (inquirió con su rostro sonrojado y los labios ligeramente inflamados) "Carajo," (jaló uno para darle peso a su punto) "He visto cinturones de castidad menos aparatosos, Doc."

El hechicero soltó una sonora carcajada antes de deslizar su mano sobre el rostro del hombre al que amaba más que a nada en este mundo.

STEPHEN: "Son siete," (comentó con una sonrisa entrañable mientras admiraba la sonrisa del genio) "Como los pecados."

TONY: "Todo un castigo divino el que cargas ahí," (comentó risueño, e intentó una vez más desatar alguno, pero no tuvo éxito. Resopló frustrado) "Creo que tendré que utilizar la soldadora de mi guante, espero que no vendieran mis armaduras mientras estaba dormido."

Strange hizo una mueca incomodo ante la mención de las armaduras, pero aquello duró muy poco, ya que, apenas vio la expresión amarga del genio, admitió que estaba bromeando.

Stephen recibió entre sus brazos al genio cuando este se arrastró sobre la cama para acurrucarse en su regazo. Ambos eran conscientes de que necesitaban hablar al respecto, pero por ahora, preferían que el suave contacto entre los dos hablara por si solo.

Strange apoyó su barbilla sobre el cabello del hombre más pequeño y suspiró aliviado. Tony sostuvo las manos del hechicero, aquellas que reposaban cálidamente sobre su estómago, y se permitió disfrutar del momento.  


***

¿Fin? En realidad no, aún queda algo más que concluir.

¡Falta saber cómo reaccionará el equipo ante esta situación IronStrange!

Me gustaría leer sus comentarios sobre este capítulo :)

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