El infiltrado

Caroline

Caroline

"Desaparecida"

Abro la gran puerta de madera. El salón está lleno de gente, padre de familias y alumnos. El bullicio crece cada vez más. Lo grandes pilares de salón están repletos de globos rojo y negros, la fiesta del gran aniversario se celebrará hoy.

Busco entre la gente, pero ningún indicio de ella.

- ¿Dónde te metiste? – susurro para mi misma.

Empiezo a caminar, busco entre la gente, caras familiares me sonríen, otras no tan familiares también lo hacen, simplemente los ignoro, no están a mi altura.

Una diminuta mano toma mi brazo. A pesar de ser tan pequeña, tiene la suficiente fuerza para hacerme girar. Sus uñas, como siempre perfectamente pintadas, empiezan a hacer una gran presión y sé que está enojada.

- ¿Las has encontrado? – una gran sonrisa falsa se pinta en sus labios, lo hace para que todas las personas que están alrededor, no vean que algo anda mal.

-No – retiro mi brazo con fuerza, la mirada de reproche no se hace esperar.

-Perdón cariño- suspira – No he podido encontrarla, ella tiene que dar el discurso, la ceremonia empieza en 20 minutos, y nadie la encuentra.

-Que gran seguridad tiene esta escuela – sonrió – Seguro que a Richard le encantara saber que no sabes dónde está su hija. Eres una gran directora

Me encanta hacerla enojar.

-Caroline – si las miradas mataran, ya estaría 3 metros bajo tierra – Búscala y tráemela.

-Si mamá - me burlo.

La gran puerta de madera se vuelve a abrir, más personas llegan para el aniversario, pero esta vez es diferente, la gente empieza a guardar silencio y a girarse.

-Mierda

-Victoria – la regaño - Las groserías no van con las señoritas – la imito.

Ni siquiera me regaña, ni siquiera me dirige una mirada de reproche, ahora esta pendiente del grupo de personas que acaba de llegar, así que decido girarme y ver que la tiene tan preocupada.

Richard Müller y su siempre gran sequito de seguidores camina hacia nosotras. Todos a su paso lo saludan, a veces me pregunto si lo respetan o le tiene miedo.

Yo le tengo miedo.

-Victoria – Richard solo asiente en dirección hacia ella.

Puedo jurar por mi madre que Victoria nunca había estado tan seria como en este momento.

-Caroline – me saluda con un beso en la mejilla - ¿Cómo has estado?

-Bien – sonrío - ¿Quién se murió? – me burlo de la ropa que están usando.

-Caroline – definitivamente el regaño no se podía hacer esperar, Victoria tiene que mostrar su autoridad ante él.

Todos vienen vestidos de traje negro, definitivamente resaltan en una gran habitación, donde todos quieren lucir sus coloridas prendas de diseñador.

- ¿Cómo te va en la escuela? - Ricard sonríe forzadamente, no le interesa en lo más mínimo.

Quiere saber dónde está su hija. Lo deduzco ya que trata de ver a mi alrededor, como si su hija se estuviera escondiendo detrás mío, o simplemente la tuviera guardada en algún bolsillo. Ridículo, lo se

-Excelentes calificaciones – interrumpe Victoria.

-Como siempre – Richard sonríe.

-Bueno – suspira - ¿Josephine?