1. Visita inesperada

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 12/07/2017 - Miss Venezuela

Estábamos en el funeral del Sr. Ramírez, al cuál encontraron muerto la mañana pasada. El Sr. Ramírez era el esposo de mi madre, Soraya Montenegro, no sé que vamos a hacer ahora sin él... 

En eso llega mi madre con una radiante felicidad en su cara - Te tengo una buena noticia- Dijo con una gran sonrisa en medio del funeral -La fortuna de Ramírez nos ha quedado a nosotras- Intenté alegrarme pero la situación no me lo permitió. Unos momentos después suena su teléfono, salió del lugar para contestar

12/07/2017 - Soraya Montenegro

Desde la muerte de Ramírez las cosas han marchado estupendamente, la fortuna y la mansión se quedó para mi, desde niña siempre soñé con tener una vida así, y aunque se veía imposible, Ramírez llegó a mi, a pesar de que no tenía total libertad monetaria, estaba viviendo un sueño. ¿Pero ahora? Ya se cumplió todo lo que podía pedir, tengo todo el dinero, toda la mansión, una hija exitosa... Sin nada que nos moleste a mi o a ella.

Mientras le estaba contando la noticia a mi hija, mi teléfono sonó, ¿me habrá dejado más herencia? No puedo esperar a descubrirlo, pensé para mi mientras respondía la llamada.

-¿Señora Montenegro?- Preguntó aquella voz cansada -Sí, ¿dígame?- -Es sobre el legado Ramírez- Mi sonrisa volvió a resplandecer, pero no tenía tiempo, bla bla bla dinero, bla bla bla me quedo con todo, sí, ya entendí -Déjelo todo en mi cuenta, y estaré esperando lo material en la mansión- Le respondí antes de colgarle.

Llamé a mi hija para marcharnos a casa, el funeral no había acabado pero tenía tantas cosas que hacer, tanto que manejar... ¡No podía esperar un segundo más! Así que nos fuimos en el Mercedes-Benz con el chofer. De camino a casa pensé en mi familia, en todos los recuerdos, y solo puedo decir, apenas conteniendo la risa, que miren a donde los llevó la humildad y esa falta de actitud, por algo yo llegué a donde estoy y ellos siguen siendo unos pobres campesinos.

Llegamos a la mansión y miré un rato alrededor, proseguí a entrar a sabiendas que ahora todo era mío, mi impresión hacia todo me dirigió a la hamaca del balcón, solo pude mirar en el horizonte los tiempos que iban a venir, nadie ni nada que se interponga entre mi dinero y mi hija, todo es nuestro ahora y no puedo esperar más para iniciar esta vida que siempre merecí.

18/07/2017 - Soraya Montenegro

En esta semana los paquetes de objetos valor seguían llegando, y poco a poco iba haciendo que la mansión se volviese una obra de arte misma, con tanto decorado, atención al mínimo detalle y ya faltaban pocas cosas para que finalmente todos los bienes de Ramírez terminaran aquí. El camión volvió a llegar con varias cosas y naturalmente bajé a recibirlo.

Vi al señor del camión bajando todo, lo saludé como de costumbre pero me di cuenta de que esta vez había traído a alguien más con él, un chico bastante joven, me imaginé por supuesto que era el hijo del camionero, así que le pregunté -¿Es ese tu hijo?- y me miró con una expresión cansada -No sra. Montenegro, es el hijo del Sr. Ramírez- estaba confundida, ¿cómo que un hijo? ¡Ramírez nunca me dijo nada de esto! ¡Imposible! 

El camionero prosiguió a suspirar -Se llama Fred, es el único hijo del Sr. Ramírez, es cantante y ya ha participado en algunos conciertos- No podía estar más shockeada, el camionero continuó -Hace pocos días del incidente termino su estadía en un conservatorio, debido a que solo tenía al Sr. Ramírez pues no ha tenido a donde ir, así que ahora usted al ser cercana al Sr. se le deja judicialmente a cuidado de él- 

Me tomó un momento recuperar la respiración de la noticia, así que grité algo histérica -¿¡Y por qué no me lo habían siquiera informado!?- El señor camionero suspiró una vez más como si le importara poco mis quejas sobre esta injusticia repentina -La intentamos llamar para entregarle al joven Ramírez, el legado Ramírez, queríamos ver fechas, acomodaciones e incluso ayudarla financieramente... Y como usted lo pidió, le trajimos todo lo que no puede meter a su cuenta, incluyendo al muchacho- Luego de esas palabras del camionero me hirvió la sangre, ¡¿pude haber ganado dinero solo por cuidar a un mocoso que igual tengo que cuidar?! El señor culminó entregándome los documentos del muchacho mientras se subía al camión -Nos vemos, quizás a la próxima podría ser mas atenta- Tomo un suspiro y continuó -En caso de alguna negligencia con su cuidado, el Sr. Ramírez dejó claro en su testamento que si esto llega a pasar, todo el dinero que le dejó a usted pasará a la cuenta de su hijo, así que mucha suerte con ello- Terminado esto, arrancó y se fue del lugar.

El Sr. Ramírez... ¿Me ha dejado a cargo de su mocoso? Y encima con riesgo de perder toda esta fortuna que es mía sin discusión... Me estaba empezando a hiperventilar de la rabia, pero respiré y giré a ver al joven -¿Dónde es mi habitación?- dijo mientras ajustaba su mochila. Está bien Soraya, esto quizás no sea tan difícil -Sígueme- le respondí mientras lo guiaba a la mansión, en la puerta le indique las direcciones -Arriba, por el lado izquierdo- entré sin darle oportunidad de seguirme y subí al balcón, miré las excéntricas plantas y me senté en una silla de ahí. Pues parece que no todo es perfecto, parece que ahora hay alguien entre mi dinero, un gasto más... Al menos supuestamente tiene talento, quizás me sirva de algo. Me crucé de brazos mientras intentaba aclarar mi mente después de este suceso, ahora todo es incierto, quizás puede producirme más dinero y ayudarme con mi éxito general... O quizás pueda ser la entrada a un infierno que interferirá conmigo... 

18/07/2017 -  Miss Venezuela

Tranquilamente me preparaba una arepa cuándo vi a mi madre subir las escaleras con una mirada vacía en sus ojos, conociéndola, algo sucedió y mientras seguía rellenando mi arepa escucho la puerta, no es la hora de que venga la mucama y no tengo idea de quién más podría ser. Me giró y veo a esta figura desnutrida, un chico que no reconozco para nada... ¿Mamá lo conoce? ¿Debería ofrecerle una arepa para que no se muera?

Con miedo lo pensé mejor, ¿y si quizás venía a por nuestra fortuna? Se veía como un criminal y esa mochila podría ser para meter todo, mis instintos venezolanos se alarmaron rápidamente, así que mientras agarraba la olla de agua hirviendo con la que preparé mi arepa, pregunté como último recurso antes de lanzarle la olla -Y... Y tú... ¡¿Que haces en mi casa?!-

El desnutrido sonrió -Oh, ¿es que no sabes que ahora es nuestra casa?- Esas palabras me paralizaron, en shock y sin saber que hacer, viendo que mi madre había llegado preocupada, y lo extraño de la situación, reaccioné y le lanzé el agua hirviendo de la olla y la olla, su gritó estridente resonó por toda la casa, aproveché y me abalancé sobre él reteniendolo, el chico forcejeaba y en un momento noté como sacaba un objeto de su bolsillo... Dime que no es lo que creo que es...

Continuará...

La mansión Ramírez: una historia de amor y odioWhere stories live. Discover now