II

407 43 15
                                    

La noche estaba empezando a caer a medida que aquéllas tonalidades anaranjadas eran cambiadas por unos oscuros tonos azules y grises quedando a la vista la bella luna que esperaba su turno para gobernar en los cielos, las olas chocaban contra los botes de pesca que llacian estacionados sobre el muelle, pero ahí paseándose por la zona estaba Mista, miraba atentó al mar de manera hipnótica, sintiéndose atraído a este mismo.

- Ven... -se escuchó a lo lejos, su mirada oscura se posó a la pequeña rampa de madera, Mista se quedó observando con duda, pero otra vez como si del mismo mar tratase de llamarlo se volvió a repetir aquélla simple palabra haciendo eco, taladrando en la cabeza del joven. El muchacho de orbes oscuros empezó a caminar atentó hasta el final del muelle, estaba curioso, quería saber de quién era esa voz que le llamaba. Una vez que llegó hasta el límite no se hayo con nada más que una simple lancha que se meneaba de un lado a otro a causa de las saladas aguas que indicaba el incremento en la marea, el muchacho solo soltó un bufido y se sentó en la orilla dejando sus piernas balancearse sobre la superficie acuosa. Miró hacia el horizonte donde los últimos rayos del alba se devanecian para de pronto entre las aguas saladas se empezará a formar una figura humanoide que emergia con gracia posando sus intentos ojos esmeralda a los absorbentes orbes cual onix del joven mientras varios caireles dorados y empapados caía sobre su rostro y delicados hombros blancos cual la luna. Mientras tanto Mista miraba con asombro, se paro sobre el muelle y observó con cautela a la criatura de finas facciones.

-Ven... Acércate... - repitió con una voz que trasmitía calma y serenidad de una manera magistral.- Te he estado esperando...

Guido dudo pero se agachó quedando en cuclillas hacercando su rostro hacia este, que a su vez trataba de alcanzar al hombre de acanelada piel, tomando primero el rostro del muchacho con suma delicadeza, quitando con cuidado el presiado gorro de lana que tanto le caracterizaba para después aventarlo lejos, Mista solo observaba hipnotizado y se mantenía quieto sin oponerse, sin prestar atención en como poco a poco era arrastrado hacia las aguas.

-Tonto...- dijo la criatura mostrando como esa dulce sonrisa que antes le dedicaba al moreno se convertía en enormes dientes afilados cuál pirañas, Guido ante tal acción convirtiendo lo que era un rostro de serenidad en uno de miedo absoluto, se alteró y empezó a forcejear inútilmente.

¿Cómo aquella escena se convirtió es una de completo terror?

De pronto sin dificultad, el ser acuático de doradas cerdas jalo al chico hundiendolo a las profundidades del mar sin ningún esfuerzo.

------------------------------------

-¡AGH! -Se quejo Mista mientras se hayaba en una incómoda posición, pues sus piernas yacían arriba de su cama mientras que el resto de su cuerpo descendía rodeado en sabanas hasta el suelo sobresaliendo su cara que parecía que estaba soportando todo el peso de su anatomía, sentía como le dolía todo el cuerpo, por trató de incorporarse pero eso solo provocó que su cuerpo terminará de caerse al piso completamente escuchandose de paso como sus articulaciones crujían. -Maldición... Otra vez ese sueño...

Había pasado una semana desde aquella tarde en el velero, aquél día donde se había encontrado con esa enigmática criatura que no salía de su cabeza, a tal punto que soñaba con aquélla sirena de dorados caireles y ojos de esmeralda, con su rostro fino salido de alguna obra renacentista. Si no fuera por el ligero moretón que tuvo un día después de aquél suceso de seguro hubiera creído que no era más que otro de los tantos sueños que había tenido a lo largo de esos siete días.

Guido se intentó incorporar en el suelo quedándose sentado en este mismo, miró el reloj despertador que tenía a un lado de su cama y divisó la hora que era, las 5:40 am. Se talló la cara y se levantó para después hacercarse a la venta de su pequeña y sencilla habitación corriendo una cortina color crema para visualizar el cielo napolitano que poco a poco dejaba ver a lo lejos una franja anaranjada en el horizonte entre los edificios de la ciudad, aún estaba oscuro pero se podía ver como faltaba poco para que el astro rey reclamará su trono en los cielos. Mista solo abrió su ventana y se rascó el pecho por debajo de una camiseta blanca de tirantes que usaba para dormir junto con su boxer, soltó un pesaroso bostezo y abrió la puerta de su habitación sin hacer mucho ruido, pues no quería despertar a su amigo que dormía en una habitación frente a él, pero eso no fue lo suficientemente efectivo para no llamar la atención de una manada de pequeños caninos que corrían hacia su amo, un grupo de seis cachorros corrieron hacia Mista y empezaron a saltarle en las piernas, Mista solo solto un gesto de cansancio pero de inmediato se agachó para otorgarle mimos a cada uno de los perritos de dorado pelaje y manchas y franjas negras que los decoraban.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Beyond The Sea ★GioMis★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora