Baby sentía una enorme rabia con tal solo ver esa frase que toda la familia de Freddy había puesto.
Todos esos insultos, todas esas noches las cuales Baby se desveló esperando la llegada de su novio mientras este estaba con otras chicas celebrando. Solo esos sucesos los sabían Freddy y Baby, nadie debía enterarse de que Freddy le hacía eso a su novia. Habían terminado en algunas ocasiones. Pero conociendo a Freddy; obviamente que iba a ganarse la confianza de su novia y así de nuevo apuñalarla por la espalda.
Baby miraba aquella lápida con confusión, ¿por qué su novio? ¿Por qué él? La pelirroja no aguantó más y prendió un cigarro mientras veía que el cielo se nublaba cada vez más.
Al terminar su cigarro, lo tira a la lápida de Freddy y lo pisa. Mientras sus ojos ya estaban bastante rojos como para llorar. Baby ya no lloraría por un hombre que le destruyó su corazón y alma.
Y antes de retirarse, Baby con odio dice:
-Me hiciste daño, Fazbear... mucho daño, no me importa si vienes a casa a pedirme las disculpas. Ya no hay nada más que hacer... t-traidor- Baby se prometió no llorar, pero era imposible. Ella dió su vida por él.
El camino de la pelirroja no tenía un destino definido. Paró en un bar y fue rápidamente ahí.
El mesero atendió amablemente a la pelirroja, y esta solo se dedicó a beber. A un lado de la pelirroja, al fondo; habían hombres con algunas chicas coqueteandose entre si. A Baby no le pudo dar más asco eso. Le recordaba a él y como la hacía sufrir.
Baby ya estaba borracha, y más de lo normal, ¿cómo regresaría a casa?
Un chico castaño, alto y moreno se sentó al lado de la pelirroja la cual ya estaba en un estaso deteorable.
-Disculpa, ¿puedo ayudarla? -...Esa voz, era bastante conocida, pero Baby en su estado no podía reconocerla.
-¿T-Tú qué? -Baby apenas podía hablar, sus ojos estaban hinchados y rojos a la vez que miraba al castaño con dificultad.
-¿Puedo llevarte a tú casa? No estás en un buen estado como digamos.
-Has lo que q-quieras -Baby se levantó con debilidad, hasta que cayó desmayada. Pero ese castaño logró atraparla cuando lo hizo.
Ese chico sabía perfectamente donde quedaba la casa de la pelirroja, y tenía las llaves de aquella casa. Porque la compartía con ela.
Al llegar, recostó a la pelirroja en su cama y antes de irse; le besó la frente.
-Espero me perdones...
Pero al momento de que Baby abriera los ojos por tal beso de ese chico dijo:
