Ángeles Caídos C9

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Nota: Lo primero, lamento haber tardado tanto en subir este capítulo. Pero primero me tomé unas merecidas vacaciones, y después salió mi primera novela Ilustrada al mercado… lo cual ocupó todo mi tiempo libre.

Si alguien quiere información, está a la venta y online y en tiendas físicas, os dejó links a mi blog con información:

Datos del libro

 http://melodiasdelasangre.blogspot.com.es/2010/06/informacion-de-melodias.html

¿Dónde se puede comprar?

http://melodiasdelasangre.blogspot.com.es/2012/09/compra-tu-ejemplar-online.html

Y ahora, sigamos con el drama de hermione

Capítulo 9 ¿Tanto me odias?

Hermione no sabía qué hacer,no entendía por qué aquello tenía que estár pasandole a ella. ¿Y por qué demonios él ahora se comportaba nuevamente de aquella manera? ¿No podía dejarla en paz? acaso... ¿el odio del Slytherin era tan grande que quería hacerla sufrir de manera tan cruel y despiadada?... Aquel peso terminaría por acabar con ella... se estaba volviendo demasiado doloroso.

—¿Tanto me odias? —alcanzó a preguntar Hermione.

Él se limitó a quedarse en silencio, no contestó, lo cual enfureció a la castaña. Estaba harta, harta de él, de ella misma y del mundo entero, le empujó, le miró con ojos llorosos y salió corriendo, no quería más que encerrarse en su habitación, en sus pensamientos, en sí misma... no quería ver ni hablar con nadie,sola, en su intimidad, en su mundo.

Habían pasado unas dos horas, estaba tumbada en su cama, había escrito unas lineas más en su diario y miraba el techo anonada, pensativa... sí que era complicado ser adolescente, y más aún en el mundo mágico.

—Mañana vienen las familias de visita... —pensaba Hermione con tristeza, pues sus padres no podrían ir. Su abuela se encontraba muy mal y debían quedarse con ella, se sentiría sola mientras todos los demás estaban rodeados por los suyos... bueno, sola tampoco, Harry estaba en peor situación....

La negra lechuza volvió.

"Mi querido Ángel, espero que estés bien, te vi correr por los pasillos y me preocupé, siempre que necesites algo, aquí estaré siempre, jamas dudes eso...”

Sin saber por qué, y necesitando desahogarse en aquel duro y doloroso momento, Hermione comenzó a escribir en un pergamino todo, todo lo ocurrido y sus más profundos sentimientos.

Cuando terminó la carta, se la entregó a la negra lechuza que voló alto y rápido, ya se sentía mejor, había podido hablar con alguien. Y aunque fuese un desconocido, le había abierto su corazón y contado sus más íntimos sentimientos, algo que aparte de Blaise, nadie más conocía.

Volvió a tumbarse en la cama, estaba tan decaída que ni quería bajar a cenar, por suerte, una buena pelirroja, Harry y Ron, se ocuparon de llevarle algo para comer, ya que comenzaban a preocuparse por su amiga.

—¿Herm, podémos pasar? —preguntó Ginny desde el otro lado, que esperó la confirmación y abrió la puerta junto con su hermano y Harry.

Hermione estaba en la cama adormilada, les miró frotándose levemente los ojos y sonrió al verles a los tres allí. Harry y Ron se sentaron mientras Ginny le daba la comida que habían traído y salía de allí para dejarles a solas.

Primero, antes de decir nada, lograron hacer que comiese algo. A Ron le molestaba mucho que su mejor amiga no probase casi bocado. Él, que se pasaba el día comiendo, veía aquello como uno de los mayores sacrilegios. Pensaba que estaba loca, era su amiga, y sería guapa con el peso que tuviese, y es que según Ron, Hermione estaba comenzando a tener un problema serio. Ya se sabía cuan grandes eran sus paranoias.

Ángeles Caídos [Dramione-Fic]Where stories live. Discover now