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Lo tengo contado.

Sé exactamente cuántos y quiénes me han roto el corazón. Todas las razones fueron diferentes, a pesar de que ninguno lo admitió, yo conozco la verdadera causa de cada una de ellas.

Hoy es el mes donde, Jessie Sparks, le rompen el corazón. Siempre sucede, salvo que está vez no me dejé engañar por ningún hombre y hoy solo habrá recuerdos junto a una caja de zapatos y muchas fotografías.

De todos modos, ¿por qué las veos? Si ellos solo quieren a una chica atractiva y divertida, mientras que yo solo les di lástima.

Dejo escapar un suspiro y coloco las fotografías dentro para luego guardar la caja arriba de mi armario. Solo en esa cajeta se encuentra una Jessie débil que nadie puede ver porque mientras no muestres tu lado más sensible, nadie se aprovechará de ella.

Respiro hondo y dejo que esos pensamientos se disipen. Pronto recibiré una respuesta de la Universidad de California. Es costosa, y no quiero que mis padres se sobre esfuercen para conseguir el dinero. Es suficiente con los gastos de la casa.

Hoy empiezan las vacaciones y necesito buscar un trabajo de medio tiempo. Me coloco las zapatillas y salgo para encontrarme a mi padre arrastrando un saco de limón.

-Oh, Jessie, tu padre ha decidido aprovechar el día libre para vender algunos limones -dice con esa alegría que lo caracteriza.

-¿Dónde los conseguiste? -cuestiono, mientras lo ayudo. Papá tiene problemas de espalda, es por eso que su jefe de la prensa le ha dado el día libre.

-Tu tío Egor me las ha dado de su finca, ¿no es genial?

Una vez fui a ese lugar y traté de montar a caballo. No le agrado mucho a los mamíferos.

-Querida, ¿a dónde vas tan temprano? -pregunta mi madre que aparece en la sala con uno de sus bizcochos. Mi madre es una de las mejores reposteras en nuestra barriada, es por eso que la mayoría del vecindario visita el "Cake and tea" donde trabaja.

-Iré a conseguir trabajo -comento decidida.

Ambos se miran con preocupación y luego a mí. Entonces sé a dónde llevará esta conversación.

-¿Por qué no ayudas a tu padre a vender limones? -sugiere mamá.

Suspiro, sabía que no me dejarían. Después de todo, mis padres son unos sobreprotectores y no ganaría esta discusión.

Asiento con desgana. Quizás con el calor que hace pueda vender unas cuantas limonadas. Ya saben, si la vida te da limones, has limonada.

-Hice unos bizcochos a los nuevos vecinos, podrías ir y darles la bienvenida.

Y así es mamá, tan generosa, brinda lo poco que tenemos para que otros se sientan a gusto. Es por eso que la amo.

Cruzo la calle y toco tres veces la puerta. La última familia que abandonó el lugar fueron los Ryzen, se ganaron la lotería y se mudaron a un lugar más acogedor. Espero que estén bien ahora.

Mi madre siempre me enseñó a ser educada con los que se mudaban al nuevo vecindario, pero ¿enserio tenía que ser él mi nuevo vecino?

~~.

Hola, hola ^-^

Espero les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Ykna☆

Dame Una Limonada © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora