Capítulo 16

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NARRA ALBA

No me lo podía creer, estaba besando a Natalia... Tenía una mezcla tan grande de sentimientos que ya no distinguía entre cual era real y cuál no. Pero algo dentro de mí no se sentía bien. Es cierto que me moría de ganas de estar así con ella, de notar al fin sus labios, pero sentía que no debía de pasar así. No ahora, no de esta forma. Porque, siendo sincera, me lancé a besarla porque necesitaba salir de los pensamientos que tenía. Porque necesitaba saber que ella estaba para mí. Pero yo no estaba lista para esto que estaba sucediendo entre nosotras. Ni siquiera había sacado valor para dejar a Joan, ¿como iba a sacarlo para tirarme al barranco con ella?

-Lo siento Natalia, yo... No debí hacer esto. - le dije a la vez que me separaba y quitaba mis manos de su espalda.
-No pasa nada Albi, esta bien. - me dijo a la vez que me acariziaba la mejilla.
-¡No lo está! - le dije en un volumen más alto, cosa que hizo que ella se echará para atrás.
-Las dos tenemos novios, y yo no puedo... - le dije para despues coger aire con fuerza, sentía que me ahogaba.
-Pero Alba yo estoy ena... - dijo Natalia, aunque no le di la oportunidad de acabar su frase.
-¡Vete! - le grité, con lágrimas en los ojos. - ¡No puedes ignorarme para después venir a mi casa y  besarme! - le volví a gritar, aunque si soy sincera, en esos momentos no sabía ni lo que gritaba, me estaba agobiando.
-¡Pero si eres tú quien me a besado! - me gritó esta vez ella. Y tenía toda la razón, pero si yo ya no podía ni sostener mi cuerpo en pie, ¿como iba a pensar lo que decía?
Así que me caí al suelo. ¿Sabes ese momento en el que no sabes que pensar? ¿Que tienes tantos sentimientos que ya no sabes diferenciar entre cuáles son verdaderos y cuáles solo te estas imaginando? Pues ahí estaba yo.
-Alba, ¿estas bien? - me dijo Natalia arrodillandose delante de mí, se le notaba la preocupación en el brillo de sus ojos.
-Nat, vete, por favor. - fue lo único que supe decir. Y eso hizo. Se levantó, cogió la puerta y se fue, pero no solo de mi habitación, pude escuchar que tambien de mi casa.
La verdad es que no quería que se fuese, pensaba que me conocía lo suficiente para saber que solo necesitaba que ella se quedara. Pero a la vez agradecía que lo ubiese hecho porque no me puedo imaginar la de cosas que le habría dicho y que realmente no siento. Lo único que sentia era amor por ella. Amor de verdad. Pero como ya dije, yo no tenía ese valor.

Ya habían pasado dos días desde que Natalia y yo tuvimos esa pequeña discusión, aunque yo la llamaría más bien "lucha contra mis sentimientos".
Después de que ella se fuera de mi casa aquella noche, Miki sin pensarlo dos veces se fue detrás, sin ni siquiera despedirse de Joan, cosa nada habitual en él, aunque claro, yo no lo conocía realmente. Joan no tardó en irse ya que yo no tenía las fuerzas para salir de mi habitación y, al venir Julia a cuidarme, él se había quedado solo.

Si no he perdido la cuenta, creo que entre estos dos días llevo un total de 5 dibujos de Natalia. Esa era la única forma de aprovechar que no saliese de mi cabeza.
Ella no me había escrito, ni llamado, cosa que me molestaba, pero yo no iba a ceder, así que no nos hablábamos.
-Alba, ¿que tal si vamos al cine? - me preguntó Julia desde mi puerta, haciendo que guardase todos los dibujos de Natalia en el cajón rápidamente.
-No me apetece. - me limite a contestarle.
-Alba por dios, llevas dos días aquí encerrada, se que te duele lo que ha pasado con Natalia, pero así será peor. - y tenía razón, es más, yo sabía perfectamente que así era peor, pero al no poder tenerla a mi lado lo único que me quedaba era pensarla todo el día, así que ese era mi mejor plan.
-Julia, estoy bien. - le dije mirandola a los ojos, se me daba mal mentir, y ella lo sabía.
-Ya Alba, y yo acabo de ver un elefante volador. - me contestó, a lo que yo no pude contener una pequeña risa.
-¿Y no me lo has enseñado? Que mala amiga. - le dije para intentar desviar el tema.
-No me cambies de tema. - me dijo como si acabase de leer mi mente.
-¿Yo? Nunca. - le contesté con una sonrisa forzada.
Ella soltó un suspiro, la verdad es que tener que aguantarme era un poco agotador, no la juzgo, más bien le agradezco que se quede a mi lado.
Se sentó en los pies de mi cama y me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Yo me levanté de la silla de mi escritorio en la que estaba sentada y la obedeci.
-Voy a salir, Alba, pero tienes que prometerme que estarás bien. - me dijo Julia mirándome a los ojos.
-Te lo prometo. - le dije con una pequeña sonrisa, aunque sabía que eso no era del todo cierto, pero no iba a retenerla a mi lado toda la tarde.
Me dio uno de sus besos en la mejilla y, antes de salir de mi habitación, me lanzó una mirada que decía perfectamente que más me valía cumplir mi promesa.
Y yo lo iba a intentar, pero cuando se trata de Natalia, nada es seguro.

¿Destino o Casualidad? // AlbaliaWhere stories live. Discover now