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Los rayos del sol pegaron justo en su rostro y eso fue lo que lo hizo despertar.

Sus ojos ardían, su cuerpo dolía como el infierno, sentía sus labios resecos y un leve sabor de metal en su lengua.

Rápidamente recordó todo lo que había pasado la noche anterior, y quiso volver a llorar, pero no podía, al parecer todas las lágrimas que tenía ya habían sido exprimidas en la noche.

Se levantó de la cama, y fue algo que lamentó, pues dolió tanto, de verdad era normal sentir tanto dolor?, no solo emocional si no que también físico.

Fue al baño aguantado todo el dolor que sentía.

Se miró en el espejo y casi soltó un gritó, lucia realmente desastroso, su cabello estaba demasiado desordenado, sus labios efectivamente estaban resecos, sus ojos hinchados y rojos, su piel extremadamente pálida, quizás nunca había sentido tanta pena por el mismo como aquella mañana.

Se alejó del espejo y tomo una ducha rápida.

Al salir del baño, escuchó como su celular comenzó a sonar, haciéndole saber que le estaban llamando.

Sin más preámbulos contesto sin siquiera ver de quién se trataba, pues intuyó que era su mamá o Jack.

-¿Bueno?.

-¿Dylan eres tú?.

Esa voz, esa maldita y seductora voz.

Joseph.

¿Que demonios hacía hablándole por teléfono después de lo que pasó?.

-¿Qu-e quier-e?.-preguntó tartamudeando.

Casi pudo sentir como el mayor sonreía de manera prepotente desde la otra línea.

-Necesito verte.-dijo sin rodeos.

Dylan tragó saliva, estaba totalmente nervioso, este tipo lo ponía mal en muchas formas posibles.

-Para que?, ya obtuviste lo que querías no?.

Dylan a veces odiaba el hecho de que en ocasiones solía decir lo que pensaba, sin pelos en la lengua.

Escucho un suspiro de parte del mayor.

-De verdad, necesitamos hablar.-dijo finalmente.

-No creo que tengamos mucho de que hablar, lo que paso anoche fue un error y ya.

-Dylan, por favor no seas terco, necesito verte, estas en casa?.

Dylan lo pensó un par de segundos, y la verdad le daba curiosidad lo que el mayor le queria decir.

-Esta bien, donde quieres que nos veamos?

-Paso por ti, te invito a desayunar.

-Bien, ya sabes donde vivo.-dijo para finalmente colgar.

¿Que demonios estaba haciendo?, se supone que ya no debería verlo, al menos no a solas, no después de lo que pasó, ..............pero quizás la curiosidad lo estaba carcomiendo, ¿qué era eso tan importante de lo que quería hablar Joseph?.

Dylan creyó que quería disculparse con él, y que le diría que todo fué un error.

Por qué eso es lo que había sido, un error. ¿cierto?.

Se vistió lo más rápido que pudo, y rogó a dios para que no se le notará que casi toda la madrugada se la paso llorando.

Al escuchar como tocaban la puerta de la entrada, su corazón empezó a palpitar más de lo normal.

SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora