Capítulo 14

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La fiesta estaba en su mero apogeo.

Natasha, con una gran sonrisa en el rostro, bailaba con James.

La boda había sido un éxito y ahora ambos novios se encontraban en su propia burbuja de amor.

—Un día, está peleando contra Hydra y al otro, ya se está casando. —Clint sonrió con nostalgia.

Tony asintió ante la mirada melancólica del arquero.

Ellos eran como hermanos y no era extraño ver a Clint tan orgulloso de ver a la pelirroja de blanco.

—Es la novia más hermosa. —Anthony también estaba feliz por ella.

—¿Y ustedes para cuándo? —Barton levanto una ceja de manera pícara.

Ya había pasado un año y medio.

Todo había marchado bien; Steve estaba enamorado hasta la médula... Igual que él.

Como si nunca hubieran pasado ese episodio de separación.

—Eso mismo me pregunto yo... —Susurró el castaño.

Era gracioso, al punto de llegar a lo irónico, como el genio deseaba casarse.

Y pensar que hace años andaba de cama en cama.

Todos en el lugar gritaron de emoción, cuando el soldado de brazo metálico beso a la espía.

Él, por su parte, se sentía un poco desanimado.

Su pareja tuvo que irse a una de las tantas misiones que SHIELD le imponía.

Odiaba cuando pasaba eso.

Juró llegar a tiempo para la boda de su hermano y su mejor amiga, pero la noche estaba llegando a su punto.

—Tony ¿Estás bien? —Natasha lo saco de sus pensamientos.

El sonrió como lo había hecho toda la noche.

—Si... ¿Y tú arañita? —Tony la codeó juguetonamente—. Eh escuchado por ahí que los súper soldados son... Mejores.

—Eso ya lo sé de primera mano. —La pelirroja le guiño un ojo y él comienzo a reír.

Todos tomaron pareja y fueron a la pista de baile.

Bucky tomó de la cintura a su esposa y se la llevó junto con los demás.

No falto quien le pidiera una pieza, pero él declinó.

No se sentía con ánimos.

Las parejas se movían al compás de la música; lento, suave, tierno.

—¿Me permite esta pieza, señor Stark?

El castaño miro hacia la mano que se ofrecía para él.

Steve le sonreía coqueto.

Sé dio cuenta que aún tenía el uniforme.

—Steve... —El genio tragó duramente—, me encantaría.

El soldado lo llevó al centro de la pista y lo tomó fuertemente de la cintura.

Comenzaron con suaves movimientos.

Anthony sentía la tranquilidad albergar su cuerpo.

—Pensé que no llegarías...

—Yo también. —Steve le sonrió.

—Te perdiste de una gran y tediosa ceremonia. —Dijo en broma.

—Tony.

—Es verdad, hasta Barnes se desespero. —Steve negó divertido.

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