Capitulo 4 - Alucinaciones.

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—Si, ¿Qué tan malo puede ser? solo hongos fluorescentes inofensivos.

—Mal, no creo que sea buena idea. —Dijo Lonnie. Estos Auradianos siempre con sus precauciones.

—Vamos, solo una mordida, así no nos sucederá nada. —Pidió Carlos poniendo cara de perrito.

La verdad que era bastante convicente, pasar tiempo con Chico le había otorgado al joven habilidades persuasivas a las que nadie se podía resistir.

Se miraron entre sí y asintieron,  ¿Qué podría pasar con una mordida?

5 minutos después...

—¡Vamos Evs, tú puedes acaba con él! ¡Aniquilalo! —Alentó Audrey.

La princesa azul luchaba con una palmera, al parecer una mordida si hacía efecto.

—¡No, Evie! ¡No lo asesines! ¡Hoy es nuestra boda! —Mal se interpuso entre el machete y su "Esposo" llorando, como si de
Ben se tratara.

—¡Mal! ¿No vez que te está engañando? ¡Debe morir! —Evie golpeó de nuevo el tronco, repetidas veces.

—¡E! ¡Asesina! ¡Nos regresarán a la isla de los perdidos! ¡¿Qué haz hecho?! —Sollozó la hija de Maléfica.

—¡M, no lo entenderías!

—¡Te denunciaré!

—¡Entonces tendré que acabar contigo también! —Evie empezó a perseguir a su amiga, está intentaba huir gritando desesperada.

Audrey no hizo intento alguno por detenerlo, ella solamente reía exageradamente.

Mientras tanto...

—Jane, Jay, vengan, miren lo que encontré en la maleta de Chad —Susurró Carlos. Se alejaron un poco de su campamento y sacó un barra de chocolate de su chaleco.

—¡Chocolate! —Gritó ella lo suficientemente alto como para que Doug, Chad y Lonnie se percataran.

—¡Qué tienes ahí Carlos! —Exclamó la descendiente de Mulan viendo cómo psicópata al chico.

—¡Nada!

—¿Seguro? —Preguntó Doug de la misma manera que su compañera.

—¡Tiene chocolate! ¡Yo lo escuché! —Chad y los otros dos chicos se acercaban a sus amigos lentamente, acorralandolos.

—¡Podemos compartir! —Propuso la hija del hada madrina aterrorizada.

—¡No! ¡Nos han traicionado! ¡Tenemos que asesinarlos!

—¡No si los asesinamos primero! —Expusó el hijo de Jafar. abalanzandose sobre ellos.

Los chicos cayeron en un charco de barro y empezaron a luchar, Doug, Lonnie y Chad contra Carlos y Jay, Jane siendo más inteligente tomó el chocolate que su novio había tirado en el suelo y huyó.

—Eres todo mío... —Jane devoró salvajemente el chocolate y empezó a correr por todo el lugar exclamando cosas incomprensibles y riendo como maniática.

Y la pregunta en todo esto era, ¿Dónde está Ben? Ben... Pues... El estaba siendo feliz... Corriendo desnudo por toda la playa. El Rey de Auradon corría desnudo por todos lados, y parecía que a nadie le importaba en lo absoluto.

Pasaron así unas horas, las suficientes para que el sol empezará a salir, no habían dormido para nada, y eso se les notaba en la cara, parecían auténticos zombies.

De un instante para otro los chicos salieron de su trance.

—¿Qué demonios sucedió aquí? —Preguntó Evie confundida, encima de Mal con el machete a punto de tocar el rostro de su mejor amiga. —Y... ¿Por que Ben está desnudo?

En ese momento Ben estaba acostado en la arena en forma de estrella, parece que todavía no de había dado cuenta de su estado.

—¿No te preguntas por qué rayos estás encima mío?

—Es algo común, no debería sorprenderte.

Eso... Es difícil de explicar....

En fin todos se reunieron al rededor de lo que antes fue una fogata y dejaron a Ben seguir siendo feliz.

—Creo que sí fue mala idea. —Recapacitó Jay adolorido y cubierto por lodo, al igual que el resto de sus compañeros de lucha.

—Si, por alguna razón estoy lleno de... —El rubio se apuntó a sí mismo. —Y Chad, no puede estar sucio.

—Cambiando de tema, ¿Quién le dirá a Ben... —Antes de qué la peliazúl terminará de hablar, Mal apuntó hacia el océano—.¿Que pasa?

—Un barco... Y se acerca...

—Seguramente seguimos alucinando.

—Si, una alucinación que todos vemos, claro ¡Chicos! ¡Estamos salvados! —Anunció la hija de Aurora.

Todos empezaron a saltar y gritar de felicidad, incluso Ben.

Momentos después se dió cuenta de su situación y tomo avergonzado unas ojas de palmera.

—¡Sí! ¡Por fin! —Dijo Chad acercándose a la costa

Cuando el barco estuvo lo suficientemente cerca para que su tripulación bajara, notaron que no era un barco común, si no un barco pirata.

—¿Piratas? ¿Aqui? —Se preguntó Doug.

Vieron 2 sujetos encima de este, que lanzaron una escalera, para poder bajar. Al bajar se dieron cuenta que no eran personas comunes, eran, nada más y nada menos que Harry Hook y su compañero Gil.

—¿Que? ¿Ustedes? ¿Qué hacen aquí? —La pelimorada enfrentó a los piratas. —Se supone que estarían en la isla.

—Eso no es lo importante ahora Mal... —Harry pasó su garfio acariciando la cara de la chica. —Lo importante es que... ¡Ahora ustedes son nuestros rehenes!

—¿Que? No, ustedes estaban en la isla, nadie puede salir de ahí, ¡Es imposible! —El rey de Auradon se acercó a el hijo de garfio, este rió y lo inspeccionó de arriba a abajo.

—Calzoncillos de ojas, eh, son mejores que los de coronitas. —Se burló el pirata. —Uma llegará en unas horas... Ella les explicará.

—¡¿Uma?! —Harry le guiño un ojo coquetamente a la hija de malefica y subió a el barco con su compañero. Esto no iba nada bien.

—¿Por qué todos se enteraron de las coronitas? —Preguntó Ben restándole importancia a lo sucedido. Mal golpeó su brazo enojada. No era momento para hacer bromas de ese tipo.

—¡Ok, creo que es hora de huir! —Exclamó Chad.

¿En una isla desierta? | Descendientes [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora