El amor lo puede todo

208 10 0
                                    

Más de lo que ya sufrí y estoy todavía sufriendo, no puedo sufrir más.
Santiago me acompañó a mi casa y se quedó a hacerme compañía por un rato.

- Seguro tenés muchas cosas que hacer, no te preocupes por mí voy a estar bien.

- No seas terca, me voy a quedar a hacerte compañía y se acabó, hasta que no te vea sonreír no me voy a ir. – dice muy entusiasmado.

- Gracias por todo lo que estás haciendo por mí y bancar mis locuras. En estos momentos es cuando te das cuenta de quién es realmente tu amigo.

- ¿Ya pasé la prueba?. – dice muy sonriente.

- Claro que la pasaste. En serio, muchas gracias.

- No me tenés que dar las gracias, para algo están los amigos. Te quería decir algo acerca de lo que pasó con Rodrigo.

- Si, decime.

- Ninguno de los que estábamos en la habitación sabía que había perdido la memoria. Nos dimos cuenta cuando no te reconoció; la cara de Sandra lo decía todo, estába sorprendida. Quizá no te reconoció porque recién se había despertado y estába un poco aturdido por todas las personas que había en la habitación.

- No sé sí será por ahora que perdió la memoria, o tardará unos meses o años en recuperarla; pero ahora hablando contigo me puse a pensar, que a pesar de todo no voy a bajar los brazos ahora, ahora es cuando más tengo que luchar por él.

- Esa es la actitud, así se habla.

Ricardo me llamó.

- Hola Ricardo.

- Hola Luisana, quería saber como estabas después de lo que pasó. Lo siento mucho.

- No le voy a mentir, no estoy nada bien; pero voy a seguir luchando por su hijo hasta que él me recuerde.

- Así es, nunca bajes los brazos, vas a ver que él te va a recordar; con la ayuda de todos va a recuperar la memoria.

Voy a visitarlo todos los días al hospital, algunos días con Sara y otros con Santiago, nunca me dejan sola, por suerte tengo el apoyo de mis padres y de mis amigos, sin ellos no sé que hubiese hecho. Cada vez que lo íbamos a ver le preguntaba lo mismo a Santiago: “¿Cuándo va a venir Jennifer a verme?”. Le pregunté a Santiago si sabía quién era Jennifer, pero supuestamente él no sabía quién era, a mi se me hacía que estába mintiendo, pero bueno.

Al parecer si todo estába bien le daban el alta a Rodrigo, así que fuimos con Santiago al hospital; se encontraba Sandra allí pero no me importó. Estábamos saliendo todos de la habitación cuando la madre de Rodrigo dice: “Paren todos ahí que le tengo una sorpresa a mi hijo”. Yo no contaba con el as bajo la manga de la “señora” Sandra. Una chica muy linda apareció adelante de nosotros como por arte de magia, y abrazó fuertemente a Rodrigo.

- ¡Jennifer!. – dice Rodrigo. - Te extrañe mucho, ¿Por qué no viniste a verme?.

- Estuve muy ocupada por el trabajo. ¡Me perdonas!.

- No tengo nada que perdonarte, lo importante es que estás acá, te amo. – volvió a abrazarla.

Miré a Sandra y se le notaba en la cara la felicidad de ver a su hijo con otra que no fuera yo. Se volteó para verme, y en su mirada se le veía escrito “mi plan funcionó”; y por lo visto estaba funcionando . Miré a Santiago porque él sabía quién era cuando le pregunté y no me lo dijo. Se acercó a mi.

- Perdón, el otro día no te lo dije porque no quería hacerte sentir mal por algo que no era importante, te juro que no sabía nada de todo esto, nunca me imaginé que Sandra iba a traer a la ex de Rodrigo.

- Ya se que no tuviste nada que ver, no te prestarías para algo así. Si ella se piensa que me voy a rendir, está muy equivocada. Voy a seguir al lado de Rodrigo hasta que logre recordarme, así esté toda la vida intentándolo.

- Muy bien, nunca te vi más segura como ahora. La verdad que no puedo creer que Jennifer se haya prestado para el juego de Sandra.

Me siguen tirando piedras para que caiga, pero sigo de pie, y no me importa el tamaño de la piedra, yo voy a seguir luchando para mantenerme firme y nada me detendrá.

AMOR SIN BARRERASWhere stories live. Discover now