La conocí a ella... (BARBARENA)

Cap. 10 Te lo prometo...

Bárbara POV

Todo el camino al hotel me la pasé discutiendo por mensajes con Gregorio, se molestó por que no le avisé antes que nos íbamos a quedar en Valle a pasar la noche después de grabar.

No es como si yo lo hubiera decidido, es trabajo y no entiendo por qué se molesta.
Dice que he cambiado demasiado desde que conozco a Maca; que se me está subiendo la fama, que ya no le hago caso, que solo me interesan mis amigos y demás cosas que no son ciertas.
Estoy descubriendo una parte controladora y celosa de él que no me gusta nada.

El hotel que reservaron es muy bonito, es una combinación entre estilo rústico pero moderno.
Apenas llegamos, nos dirigimos al restaurante, en el cual nos sirvieron platillos típicos y nos dieron una breve explicación de la historia del lugar y sus destinos turísticos.

Apenas terminamos de comer,  nuestros compañeros se fueron a un antro famoso del lugar, nos insistieron en ir pero estabamos muy cansadas.

Ahora Maca y yo estamos en la habitación, yo ya me cambié y ella se está poniendo su ropa para dormir en el baño.

El cuarto a pesar de ser pequeño tiene dos camas matrimoniales y una vista muy bonita al lago.
Lo único malo es que no hay calefacción y hace muchísimo frío.

—Ta raaaan— gritó Maca saliendo del baño de un portazo interrumpiendo mis pensamientos.
—¿Qué opinas? — preguntó pestañeando exageradamente, con una mano en la cintura, levantando el hombro repetidamente.

Además de que te ves hermosa... pensé

—Te vas a congelar— le dije.

El atuendo de la castaña consiste en un short rosa demasiado corto para mi salud mental, una playera de manga corta con un unicornio estampado y unas pantuflas de borrego, se amarró el cabello en una coleta.
¿Cómo puede ser tan tierna?

Yo por el contrario, traigo puesta una camiseta negra de "Ramones" (una banda de punk) que me da hasta las rodillas y un pantalón de felpa a cuadros blancos y negros.
Desde que me cambié estoy hecha un ovillo en la cama por el frío.

La castaña tomó el celular que había dejado en la cama frente a mi y comenzó a grabar.

—Miren nada más...— dijo dirigiendo el celular hacia mi— ¿Que es esto?... ¿Un iglú?— No, no...— se acercó a la orilla de mi cama con el teléfono— es un capullo...

Bloqueó el celular y lo aventó de regreso a su cama, mi teléfono vibró en el buró y supe que había subido una historia.

—Ja Ja— dije con sarcasmo, le aventé una almohada y Maca la atrapó en el aire.

La abrazó con un brazo y abrió la boca con su característica cara de sopresa/sonrisa.

—¿Sabe usted cuánto vale esta carita señorita López?— dijo señalándose el rostro de arriba a abajo con falsa arrogancia.

—Mmmm...¿Cómo 100 pesos?— le dije en tono de broma y le aventé otra almohada que impactó directo en su cara, lo cual ocasionó que se le soltaran unos cuantos mechones de cabello.
La ojiazul entrecerró los ojos y apretó los labios.
Me dio demasiada gracia y comencé a reír.

—¿Ah si?...— dijo tomando del suelo la almohada que le acababa de aventar.

...Y comenzó la guerra...

Se acercó a mi y me tiró un almohadazo, el cual esquivé; alcé las manos para cubrirme y me lanzó otro golpe que aterrizó directo en mi rostro, me quejé con un gruñido.
Maca empezó a reír de la manera más tierna que he visto y
siguió soltando almohadazos, parecía una niña.
Como yo ya no podía esquivar tantos golpes, la tomé por la cintura y la aventé sobre la cama haciéndole cosquillas.