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Changbin miró a Felix, totalmente petrificado. Un malestar comenzó a instalarse en su pecho cuando volvió a procesar las palabras del menor ¿Había escuchado bien? ¿Felix tenía novia?
¿Qué? ¿Desde cuándo? ¿Por qué se lo decía ahora? ¿Por qué justo esa tarde? Su cabeza comenzaba a llenarse de preguntas y lamentos, al mismo tiempo que un dolor inexplicable comenzaba a atacar, sin compasión, su corazón. Su estómago pareció revolverse, e incluso unas ganas terribles de vomitar habían surgido.
Dios, había llegado tarde... Había llegado tan tarde.
Aún sin poder creérselo, se levantó de encima del contrario, sin emitir ninguna palabra. No sabía qué decir, ni qué hacer. No iba a fingir que estaba contento por su amigo, no le saldría bien, pero tampoco le podía echar en cara nada, porque no estaba en su derecho de hacerlo. Solo esperaba que fuera una broma, una cruel, y sin gracia, broma.
Pero el pecoso no se estaba riendo, solo lo miraba expectante, esperando una reacción más elaborada que un simple "qué".
El pelinaranja terminó por ponerse de pie, sin saber muy bien como tomarse la actitud de su mejor amigo. Feliz no parecía, pero enfadado tampoco. Era más bien tristeza lo que percibía en sus facciones, quizás también un poco de dolor, pero Lee no entendía el por qué de esos síntomas.
–¿N-no piensas explicarme nada? –Inquirió Changbin, su voz saliendo ligeramente rota al principio. Se maldijo mentalmente, no se suponía que Felix debiera darse cuenta de cómo se sentía. Tomo una gran bocanada de aire, en un intento de relajarse, y agachó la cabeza, no pudiendo mirar al pecoso.
–Uh, ¿Qué quieres saber? –Masculló, apartando la mirada, sintiéndose incómodo. No se supone que fuera a pasar esto. El pecoso pensó que si se lo contaba a Changbin, ambos celebrarían y el mayor le haría alguna broma pesada que él fingiría tomarse mal. Luego reirían y seguirían como siempre.
¿Por qué no estaba pasando eso? Y, peor aún, ¿Por qué se sentía mal teniendo pareja? Su cabeza era un lío.
–¿Quién es? –Preguntó, tras unos segundos mentalizandose para recibir una respuesta. Estaba tratando de controlar sus emociones, no le apetecía echarse a llorar como un nene delante de Felix. No lo quería preocupar.
–No la conoces... ¿Te acuerdas que una vez os conté que hablaba con alguien por mensajes? –Cuestionó, causando que, por fin, el mayor lo mirase, totalmente pasmado. Era lo que menos se esperaba.– Bueno... Siempre pensé que era un chico, pero resulta que no. Un día quedamos para conocernos y, bueno, pues ella admitió que yo le gustaba y me pidió salir –Explicó, entrelazando las manos delante de su cuerpo, totalmente nervioso. Podía notar como los ojos de Changbin cada vez estaban más vidriosos, y no sabría qué hacer si se le ocurría ponerse a llorar.
–Eres un tonto –Murmuró el mayor, tratando de controlar que su voz no se rompiera. Una chica que acababa de conocer a Felix, había logrado en dos meses algo que él no había conseguido en ocho años.– podría haber sido alguien peligroso... –Murmuró, sin recibir respuesta a cambio.– E-eh, me alegro mucho por ti y tu... Novia. –Incluso decirlo le dolía. No quería seguir hablando de ello. En esos momentos necesitaba estar solo, pero Felix había ido a su casa para quedarse a dormir, y no sabía cómo echarlo.– Espero que duréis...
