[ t r e s ]

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Con esto, él se apartó para quedarse a un lado ligeramente detrás de sus caderas. El cinturón silbó por el aire cuando lo hizo caer sobre su culo, y ella luchó contra el gemido. Ella ahogó el sonido con las
manos cuando el dolor quemó a través de ella. Cole no se detuvo. El cinto golpeó sobre su trasero repetidamente hasta que ella estuvo segura que estaba rojo como la manzana de Macintosh.

Estaba ardiendo, y las lenguas de fuego lamían hasta su coño, encendiendo un placer que se derramaba en ella como lava.

Sus gritos fueron silenciados por el éxtasis.

- Sí – ella gimió – No pares. Haz mi culo tuyo.

- Boca sucia – Él la reprendió, y ella lo notó jadeante, su tono áspero. Unos cuantos latigazos aterrizaron en el pliegue de las nalgas y muslos, y ella sabía que recordaría este interludio cuando caminase, así como cuando estuviese sentada.

Cole se inclinó sobre ella.

- ¿Quieres que te folle?

Si no lo hacía, ella podría morir. Su vibrador había estado a punto de no cumplir con su necesidad el viernes.
Necesitaba ser dominada por su Amo. – Si. Si, si, si. Por favor.

Agarrando las tijeras de la mesa junto a su escritorio, él le cortó las bragas. – No estás autorizada a usar de estas cuando estés cerca de mí. ¿Entendido?

Tiró de ella hasta ponerla en pie y acarició su cuello, mordiendo y chupando, mientras le abría la blusa. En un momento, fue tirada al suelo. Su sujetador siguió el mismo camino un segundo más tarde. Si
ella pensó que le iba a acariciar sus pechos, estaba completamente equivocada.

Cole la empujó hacia atrás contra la mesa y la agarró por las muñecas. Si bien la mayoría de sus acciones fueron brutales, fue suave al llevar sus brazos hacia atrás, y ella supo que el uso de la fuerza los
excitaba a los dos. No tenía ningún deseo de hacerle daño. Tan pronto sus muñecas estuvieron en la parte baja de su espalda, las apretó con una mano enorme, y
pateó sus piernas para separarlas más. Su mano libre alineaba su polla con su coño. Con un fuerte empujón, él se introdujo completamente en ella, obligando a su suave canal y no dando cuartel cuando comenzó un ritmo brutal dentro y fuera de su cuerpo antes de que pudiera adaptarse.

- ¿Sabes tu palabra de seguridad? – gruñó él.

- Sí – gimió ella, y luego comenzó una letanía de Nos cuando ella tiró de sus muñecas, comportándose como si quisiese estar libre de él –No… para… - jadeó, sabiendo que él no lo haría hasta que dijese la palabra de seguridad que le haría parar.

- Te gusta – gruñó – Tómalo. Toma mi polla follándote. Tu coño es mío.

- No – ella gimió. Él tiró de sus brazos hasta que los hombros se juntaron en la espalda, sus pechos presionaban el escritorio. La
superficie pegada a su piel sudorosa, tirando y arañándola, mientras él
la follaba sin piedad.

Ella había fantaseado con Cole, pero nunca se había imaginado que estaría completamente a su merced. Le encantaba.

- Me perteneces – él exigió.

- Sí…

- Y follaré este coño siempre que quiera.

- Oh, Dios, Cole – exclamó. La liberación golpeándola, escurriendo a través de su cuerpo casi tan duramente como la estaba
follando. Su cuerpo se inclinó, tirando contra él mientras las sensaciones la sacudían como si fuese una marioneta fuera de control en una cuerda. Sin embargo, él continuó golpeando
dentro y fuera de ella.

Su brazo se deslizó por debajo de ella, y la levantó del escritorio, llevándola a la alfombra, donde la arrodillo al estilo perrito con los hombros apoyados en el suelo y el culo en el aire. Cole nunca paró.
Golpeó para entrar en ella con tal fuerza, que tuvo que apoyarse en la alfombra o quemar la alfombra.

ᴄᴀsᴛɪɢᴀᴅᴀ ➵ 『 sᴘʀᴏᴜsᴇʜᴀʀᴛ 』《O.S》ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴅᴀ TERMINADA.Where stories live. Discover now