[Era de noche. Rubén abrazaba a Mangel por la cintura, mientras que el menor estaba acurrucado en el pecho del noruego]
[De pronto Rubius se despertó al sentir que necesitaba ir al baño]
Rubius: [susurrando] Amor, tengo que ir al baño.
Mangel: [balbuceando] No..., hace frío, y tú estás muy calentito.
Rubius: [suspira] Vale, cariño.
[A los dos minutos, Rubius se tiró un cuesco, haciendo que Mangel casi se ahogue de peste, lo mandase a abrir todas las ventanas de su habitación y que lo obligase a dormir al duro sofá]
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