🌸 | Capítulo 04

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Las cuatro semanas que tenían hasta el evento se fueron transformando en días, Jaemin estaba ultimando los detalles con Jeno, Donghyuck y Mark. En ese tiempo se había hecho amigo de los chicos, dibujando con acuarelas en un lienzo en blanco todos esos momentos en los que fueron viviendo juntos con el paso de los días y semanas. El sentimiento de que todo iba a acabar pronto no era agridulce, era demasiado amargo y caliente. Jaemin sabía que las cosas con Jeno iban más allá de una amistad, rayaban la línea que separaba los sentimientos platónicos con los de un amor tangible, uno real; que lo que sea que ellos tuvieran entre flores, chocolates y citas improvisadas no terminaría cuando el día del gran evento se llevara a cabo, sin embargo, iba a extrañar estar rodeado de flores y suaves aromas.

En retrospectiva, no se arrepentía de haber barajado las cartas hasta sacar la que lo llevó a estar ahí con Jeno y sus amigos, incluso Renjun había dejado de fastidiarlo con que cuidara su corazón luego de llegar con un hermoso ramo de tulipanes. No era tonto, sabía que su mejor amigo había conocido a Jeno y vio lo que él había visto en su chico de las flores.

Su corazón había decidido amar a Jeno en pocas semanas, sólo que, ¿cómo no enamorarse de esa mirada, de esa sonrisa y de su forma tan única de expresarse a través de las flores?. Él no era precisamente de hierro para no caer ante los encantos de ese florista que hacía estragos en su sistema. Todo era color, aromas suaves y caricias muy educadas por parte de Jeno.

Demasiado bueno para ser real, él lo sabía; en el fondo era consciente de que era factible de que su corazón volviera a quedar hecho trizas, pero no sabía si era capaz de volver a levantarse o de creer en el amor una vez más si las cosas con Jeno terminaban mal. Con Jaehyun había intentado que todo fuera como en un cuento de hadas, se había esforzado demasiado y terminó con heridas muy profundas en su corazón que terminaron haciendo mella en él, robándole un poco la ilusión de ser amado con intensidad, de tener flores y chocolates como tanto deseó por años. Él aun así seguía siendo tan romántico y todavía creía en amores de cuento de hadas. Jaemin sabe que Jeno era su príncipe de brillante armadura hecha de las más bellas y aromáticas flores; podía ver su alma al verlo a los ojos, su chico de las flores era diferente a todos los sapos que había besado hasta llegar a él.

—Nana, ¿puedes acompañarme al almacén?

—Sí, claro, vamos —dijo apresuradamente, sonrojándose de inmediato al verse tan ansioso por estar a solas con Jeno.

Nadie dijo nada, por lo menos, no en voz alta. Dándoles una rápida mirada, Donghyuck y Mark sonrieron dulcemente y simplemente lo dejaron ir. Jeno tenía esa mirada tan bonita que amaba ver en él mientras lo llevaba hasta el almacén donde estaban empaquetadas todas las luces y las telas que iban a requerir para el evento.

Jeno optó por usar colores clásicos y elegantes. Azul, blanco y plata con leves destellos de luz que añadía una tela casi transparente.

—El tiempo se nos agota —comenzó el florista cuando se adentraron en el almacén que olía tan bien como la floristería. Olía a paz, a Jeno. Porque Jeno representaba las flores y su aroma—. Y no quiero, solo quiero detenerlo.

—Somos dos —esbozó una sonrisa demasiado triste que ensombreció sus ojos color café—. Creí que el tiempo pasaría más lento, pero dicen que el tiempo pasa demasiado rápido cuando es al lado de las personas correctas.

—Quien dijo eso es muy sabio —dando un paso al frente, Jeno tomó las manos de Jaemin y sonrió, pero la cercanía no era suficiente y fue en ese momento exacto que se dio cuenta que no solo su corazón pensaba que Jaemin era el indicado, sino que su cuerpo y su alma también lo hacían—. No te quiero lejos.

El chico de las floresWhere stories live. Discover now