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Luego de haber hablado con Ally un par de minutos, y aunque la conversión fue algo breve, llegamos a la conclusión de que lo mejor sería hablar de la situación con Camila para ponerle fin al asunto. Trabajar juntas en esos celos irracionales suyos. Hacerlo y luchar por nuestra relación, no iba a permitir que por algo como esto lo que teníamos acabara tan pronto. Sin embargo, hablaría con ella otro día. Al menos eso me había aconsejado Ally y creo que tenía razón. Quizá con algo de distancia ella entendería que su actitud me lastimaba de alguna manera.

Y así luego del trabajo fui directamente a casa. Solo le envié un mensaje a la castaña donde le decía que hablaríamos en otro momento. Claro que tras recibirlo inmediatamente devolvió el mensaje y comenzó a llamar pero simplemente no le atendí. Por hoy me mantendría un poco alejada de ella, aunque eso me resultara difícil. Ya lo era el evitar salir corriendo a su apartamento para fundirme en sus brazos. Un poco de espacio para aclarar nuestras mentes, pensé mientras bajaba del autobús y caminaba hacia mi casa. Tal vez con eso Camila recapacitaba y se daría cuenta que lo que hacía no tenía ningún sentido. Al menos no lo tenía para mí. 

Al llegar lo primero que hice fue saludar a mi madre que se encontraba en la cocina y luego me tiré en el sillón de la sala junto a mis hermanos. No pude evitar esbozar una sonrisa al ver a mi hermana con la bola de pelos entre sus brazos. Ella amaba al pequeño gato. Solo para molestarla se lo quité para dejarlo en mi regazo, donde lo sostuve porque sabía que en cualquier momento saltaría lejos de allí. No era de quedarse quieto por mucho tiempo. 

–¡Hey!–se quejó mi hermana–¿Por qué me lo quitas?.

–Es mío–le digo.

–Solo lo dices porque Camila te lo dejó y patearía tu trasero si le haces algo malo–soltó Chris riendo. 

–Aunque Camila no me lo haya dejado no pensaría en hacerle daño, a ningún animal–aclaré–¿Por quién me tomas?.

–Le pusiste Alf al pobre gato, eso ya es bastante malo–acusó Taylor.

–Eso sin mencionar que Alf come gatos–volvió a reír mi hermano. 

–No pueden culparme. La bola de pelos tiene un cierto parecido al real-me defiendo–¡Solo mírenlo!–lo levanté para mostrárselos.

–Ni en tus sueños más salvajes.

Le lancé una mirada a Chris que continuaba riendo. Estaba claro que ellos no veían lo que yo. Taylor se levantó de su asiento solo para arrebatarme al animal de mis manos. Se acomodó en el sillón dejando a la bola de pelos sobre sus piernas. Mis dos hermanos regresaron su atención al televisor y yo intenté hacer lo mismo pero me era difícil concentrarme en la pantalla. Mi mente estaba perdida en mi novia. 

–¿Pasa algo?–escuché la pregunta de mi hermana lo que me sacó de mis pensamientos–Luces un poco distraída. ¿Sucedió algo en el trabajo?. 

–No, todo está bien en el trabajo–negué–Son solo cosas mías.

–Sabes que cuentas con nosotros–fue el turno de Chris para hablar. 

–Lo sé–sonreí para ellos. 

Tomaron esa respuesta no muy convencidos sin embargo no volvieron a mencionar nada más. De nuevo intenté concentrarme en algo más que no fueran mis pensamientos pero fallé en cada ocasión. Todo regresaba a ella. ¿Y si debí haber ido con ella después del trabajo?. Por qué le tuve que levantar la voz. No, se dura Jauregui, me dije. Camila tiene que disculparse primero.

Al llegar la hora de la cena todo marchaba con normalidad hasta que mi madre comenzó a hablar.

–Entonces Lauren, ¿cuándo invitas a tu novio a cenar con nosotros?.

Nervous (Camren)Where stories live. Discover now