¡Nunca!

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El amor que sentía era más fuerte que su sentido de la justicia, aunque suene ilógico. Llevarlo a la cárcel o a la silla eléctrica era su deber-y por lo que había luchando tanto-Para, ahora, aquella curiosidad hacia Ligth, se convirtiera en simpatía, después...en amor.

Eso no lo dejaba concentrarse, analizar y pensar claramente. Sumando a eso la sensación de muerte-que era una distracción constante ese día- Sólo quería desconectarse del mundo.Eran de esos días dónde Ryuzaki, quería ser solo un humano más, y no el detective más importante de todo el mundo.

Subió a la azotea, no le importaba que estuviera lloviendo, quería dejar pensar, estar solo. Tenía que decirse lo antes de sentenciarlo a muerte o que él mismo muriese.

Unos minutos después, vio como Ligth llegaba y le decía algo, que por el ruido de la lluvia, no se entendía le hizo una seña para que entendiera que no le escuchaba. Ligth volvió a gritar.

-¡¿Que haces ahí parado tú solo?!-Ryuzaki hizo la seña otra vez, le pareció graciosa esa escena; aunque solo fuese por un instante.

Ligth se acercó, sabia que era inútil seguir gritando.Vio como él evitaba el contacto visual. Lo cual no le importaba se había acostumbrado a su modo de ser tan extravagante e inusual de vivir.

-Ryuzaki...¿Que haces aquí para solo, en medio de una tormenta?-Repito por tercera vez. Ryuzaki levantó la mirada, y metió sus manos en los bolsillos.

-No hago al en particular, solo...Eschucho las campanas. Hoy suenan más fuerte de lo normal. Me preguntó... Si serán de una boda o de un...
-No termino su frase. Ahogando su pensamientos en un silencio denso.

Las campanas...fue lo que eschucho en el funeral de sus padres, lo que eschucho al llegar al orfanato, lo que escucha cuando está con Ligth; escucha eso cuando nadie le comprende, cuando lo tachan como 'un científico loco'.

Se hizo un silencio, Ligth trataba de escuchar las dichosa campanas, pero, por obvios motivos no puedo, algo confundido dijo.

-¿Que dices, Ryuzaki...?-Al final de esa oración agrego unas risas leves.

Eso hizo que Ryuzaki bajo la cabeza algo avergonzado de manera casi imperceptible.

-Lo siento...Nada de lo que digo tiene sentido. Si fuera tú no creería nada de ello.- Dijo más para si, y Light lo noto. Quería desaparecer, quería saber...pero temía que la repuesta fuera la que pensaba.

-¿Sabes? Tienes razón. Honestamente, no entiendo mucho de lo que dices...¡Estaría en problemas si te tomara en serio todo el tiempo! Lo sé mejor que cualquiera-Sabia perfectamente de la rareza de su "compañero".

Estaba ansioso por verle muerto, por ver cómo dejaban caer el cuerpo a la tumba. Se imaginaba así mismo dando un discurso melodramatico, mientras se reía por dentro.

-Eso es verdad, Ligth. Pero...lo mismo aplica para ti.- Su palabras eran secas.

-¿Qué quieres decir?-Se sintió ofendido.

-Dime, Light. ¿Desde que naciste ha habido un momento en dónde dijeras la verdad?-El silencio jamás fue tan ensordecedor.

Fueron 6.58 segundos, 6.58 segundos de sinceridad. Y 6.58 segundos para que Light pensará en una mentira creíble.

Ryuzaki levanto la mirada, esperando una respuesta.

-¿De que hablas, Ryuzaki?-Dijo en calma- Ciertamente he mentido algunas veces, pero seguramente nadie puede decir la verdad durante todo su vida. La gente no es perfecta. Todos mentimos de tanto en tanto.

Explico su punto de vista del mundo, casi explicando el porque hacía lo que hacia.- Pero, me he hecho la propuesta de no decir mentiras cuando dañarán a otras personas. -Hizo una pausa corta- Esa es mi respuesta.

Ryuzaki lo miro fijamente un instante y luego bajo la mirada.-Pensé que dirías eso...-

«Pero, Ligth...ya has hecho daño; a ti mismo, a tu familia, a tus amigos...a mí...» Pensó Ryuzaki.

Light lo miro con el seño frucido, sin decir nada.

-Volvamos adentro, estamos empapados.-

Después que entrar, Ryuzaki busco unas toallas dándole una Light.

La ropa de ambos se pegaba a su piel dejando ver su pecho y su abdomen, a Ligth no parecía importarle, pero a Ryuzaki le causaba incomodidad. Ver a Ligth sentado en las gradas, sabiendo de que estaban solos y que las cámaras no funcionan.La oportunidad perfecta, la única oportunidad.

Se acercó, arrepintiendo se al instante, pero seguía con la actitud calmada, que lo caracterizaba. Se arrodilló, tomó un pie de Ligth y comenzó a cercarlo con suavidad.

-¿Q-que haces, Ryuzaki?-Dijo con algo asombrado por el acto espontáneo de él.

-Quería echarte una mano. Te ayudaré a secarte-Diciendo eso, bajo su cabeza y fijo su mirada en los pies de Light.

-No, no es necesario...-Insistió.

Aunque verlo así le acusaba un leve sentimientos de superioridad.

-Tambien iba a darte un masaje, soy un bueno.-No pensó en lo que dijo, sólo lo soltó.

Sabía que en cualquier momento iba explotar. Pero por primera vez en su vida quería ser el peón del tablero.

-Bien, hazlo que quieras.-Giro los ojos, mirando hacia otro lado. Es la situación le incomodaba un poco.

Ryuzaki apretó la planta del pie derecho, esto hizo que Ligth dirá un pequeño salto acompañado de un gruñido. Ryuzaki trataba de no gritarle; quería besarle, pero no podía, no debía.

-Oye...-Exclamó Light. Sacando a Ryuzaki de su pensamiento y además, mostrar su descontento.

-Lo siento.-No subió su mira y cambio de pie- Pronto te acostumbradas. -Volvio a apretar el pie de Ligth, está vez con más delicadeza.

Ligth se fijó en la manera sumisa que Ryuzaki le secaba los pies, y también en su cabello empapado. A modo de pagarle el favor, tomo su toalla y la paso por todo el cabello de su compañero.

-Tu cabello está empapado.-Con suavidad pasó la toalla varias veces.

-Lo siento...-Respondió con un hilo de voz.

Cuando la toalla paso rozando a mejilla de Ryuzaki, este, tomó la muñeca de Ligth e inspiró aquella tela que contenia el aroma de ambos.

-¿Q-que pasa...?-Dijo sorprendió, tratando de que el ambiente fuera cómodo-¿T-te gusta el aroma a lluvia?-Esto último como una broma ligera.

-No.-Se notaba la tristeza en voz. Ya no aguantaba más- Me gusta tú.

Solo lo soltó sin pensar mucho en que pasaría. El tiempo como la lluvia pararon.




La Justicia Ha Caído [Two-Shot]Onde histórias criam vida. Descubra agora