Sin Retorno...

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Tres segundos, que parecieron horas, sé quedaron en silencio. Ninguno de los dos se atrevía a responder.

«Vaya... Ryuzaki enamorado de mi. Esto...lo hace aún más interesante». Pensó Ligth. Lo que dijo Ryuzaki no le afectaba.

—Eh, y-yo...—Comenzó su actuación, y como siempre, impecable.—Ryu...

—NO ME LLAMES ASÍ! Soy...soy Lawliet...—Interrumpió.

Los alias le tenían arto, quería escuchar a alguien decir su nombre verdadero. Aún que le costara la vida.

Ligth apenas podía contener la risa. Ver a su enemigo así... derrotado, inestable e indefenso, el causaba algo similar al placer.

Podría ver los ojos de Ryuzaki, bueno, Lawliet ni una pica de mentira se reflejan en ellos. «¡N-no lo puedo creer!» Pensaba disfrutando el momento en silencio. «Enamoré a mi enemigo...¡MI ENEMIGO!.» Eso le hizo sonreír. «Dios... Esto están divertido.»

—Lawliet rompió el silencio con las siguientes palabras.— C-cada vez que te veo con Amane o con otra mujer...Yo... Mis capacidades deductivas se ven afectadas. Y-y yo...—No podía seguir artículando palabras, simplemente no podía.

—¡Lawliet!— Gritó, resonando en la sala.

Lawliet levanto su cabeza. Los labios de Ligth se fusionaron con los suyos. Su lengua se desliza por la Light, esté levanta su camisa con una mano y con la otra comenzaba ha acariciar su pecho blanco.
Lawliet lo empujó y dió media vuelta, con una mano sobre sus labios temblorosos.

—Y-yo...—Su garganta se cerró aún más, si eso fuero posible.

—¿Que pasa...no te gusto?—Dijo con calma, bromeando de cierto modo—Ven... Estamos solos, ¿verdad? —Su mirada se clavaba en los labios de su enemigo, y ahora, por unos minutos "amor".

Lawliet se acercó con timidez, sentado se al lado del antes mencionado.La mano de Ligth acariaba la mano de si compañero de manera provocativa. Lawliet apenas entendía como habían llegado a esta situación.

Quería artícular alguna palabra, pero estaba tan sorprendido; que su mente, por primera vez en su vida, estaba en blanco.

—¿Entonces...?—Insistió con su anterior pregunta.

—S-si. Estamos solos.—Respondió nervioso.

Podía sentir como el corazón se le salía del pecho, cómo nunca había sentido antes. Llegó a creer que se trataba de un infarto, siendo más precioso; un infarto probocado por Kira. Creía que iba ha morir enfrente de él. Que al final, él iba ha ganar.

Le deprimía el hecho de que se había enamorado, sabía que era una gran debilidad de los humanos: El amor. Por eso, hace años decido estar solo, para no desarrollar afecto por alguien. Y cuándo paso...fue para si enemigo.

—¡Genial!—Con eso dicho. Se lanzó sobre Lawliet, besado lo apacionadamente. Este, no tubo tiempo para reaccionar, se dejó llevar por su instinto.

A Ligth le divertida esa situación. Ver cómo le daban escalofríos al detective mientras sus manos subían su camisa, y él no ponía esfuerzo para detener lo. Y sentir como sus manos de él, estaban en su pecho, acariciando sin saber muy bien que hacer.

«Muy bien....L,Ryuzaki,Lawliet... Toma esto como: “el último deseo antes de morir”» Decía para si, divertiendose y tratando de verse lo más deseable posible.

Ninguno de los dos traía ya camiseta. Se habían ido arriba de las escaleras. Nuevamente, Ligth estaba sobre Lawliet. Comenzó ha besarle el cuello, pasando por su clavícula y bajando a su abdomen.

La Justicia Ha Caído [Two-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora