Hay secretos que se guardan para proteger a quienes más amamos, otros para cuidar del que dirán y algunos son guardados simplemente por vergüenza. ¿Que pasa cuando estos secretos se salen de tus manos y se desbordan?
Alexa y Matthew fueron separado...
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La semana completa se me hizo eterna. Entre todos los pacientes y mis peleas constantes con Fred al llegar a casa estaba por estallar. Había tenido que salir a correr todos estos días luego de llegar de trabajar, sentía como cada vez más mis niveles de ansiedad aumentaban y sabía que una vez altos nadie podría detener el ataque de pánico. Solo tenía tres días y medió en Polson y ya me parecía una eternidad.
Fred estaba paranoico. Llegaba temprano al departamento y cada vez que mi teléfono sonaba corría a ver quien era, por suerte para mí no había registrado numero de Matt. No es como si tuviera que explicarle a Fred con quien hablara, no me interesaba si pensaba que le estaba siendo in fiel porque técnicamente eso estaba haciendo, lo que me preocupaba es que se enterara que era con Matt y fuera a contarle a mis padres.
Aún no era tiempo de revelar a mis padres la verdad.
Era miércoles y no podía dejar de pensar en que quería correr, recoger mi ropa y estar junto a Ares y Matt. Habíamos hablado todos los días y hasta la conversación de ayer pude notar que había quedado bastante preocupado por la breve discusión que logro escuchar entre Fred y yo.
No era para menos, me había dicho cosas horribles al ver el vestido que traía puesto luego de haber cenado con Alea. Matt no había quedado nada contento y yo tampoco lo estaba.
Termine de arreglar mi maleta y mi maletín personal. Me duche rápidamente y me coloqué unos pantalones de tela talle alto que se ajustaba a mi cintura y caía holgado por mis pierna, una camisa mangas largas blanca, calcé mis pies con botas negras cortas y me solté el cabello.
Escuché el anuncio de un nuevo mensaje y corrí a tomar mi teléfono.
¿Estás bien? ¿Ya vienes en camino?
7:05 pm
Sonreí mordiendo mi labio. Mi gran medico impaciente.
Ya voy saliendo, tranquilo y sí, estoy bien.
No me guardes comida, comeré por el camino. No es bueno que Ares coma tarde.
7:06 pm
Guardé mi teléfono en el bolso y salí con mis cosas. Vi a Fred salir de la cocina y por el aspecto pude deducir que estaba bebiendo.
Vaya, al menos hoy pareces una puta decente.
—Ahórrate tus estupideces, y procura llamar a papá y explicarle porque demonios no te apareciste por la empresa hoy.
—Que te valga lo que haga.
—Yo solo paso la razón.
—Ya va siendo hora de que vayas dejando ese trabajito, no quiero que viajes más.
—Que te valga lo que haga, Fred — dije con una sonrisa burlona.
Arranque hacia la avenida principal con Green Day en la radio y sonreí cuando vi que comenzaba a dejar la ciudad atrás. Paré en un restaurante de comida rápida veinte minutos después y compre una hamburguesa con papas y un té helado. Hacía mucho había dejado de comer comida chatarra y por alguna razón todo el día estuve deseando comer algo grasoso y con salsa de tomate.
