1. El asesino de la máscara.

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Anime seleccionado: Bungō Stray Dogs.

Canción: Cherry Lips.

Artista: Garbage.

Número de palabras: 1817.




Curvilínea sin excesos, grácil y atrayente; a los ojos del predador eso reflejaba la figura que desfila en la acera frente suyo como la sonrisa que brindaba énfasis en sus labios.

Dirigió su cuerpo a paso sigiloso, mirando de reojo las avenidas para eludir espectadores curiosos cuyas lenguas pudieran alargarse de más por unos billetes. Pudo notar a su presa detenerse al lado de un edificio, erguir el pecho y juntar su espalda completamente a la pared sin dedicarle una sola mirada, mas sabía era consciente de su cercanía dado el apretón que sus uñas ejercían en la piel nívea de su brazo con cada metro cortado.

—Buenas noches, señorita —saludó en cuanto se plantó delante, arrastrando la voz a un ronco vibrar— ¿le importa si le hago compañía?

Los ojos cerúleos, envainados por largas pestañas negras, barrieron sobre su aspecto. Cogiendo un rizo entre sus dedos se precipitó hacia él usando un aura opulenta en inocencia, el hombre la sujetó por los hombros fijándose del recatado escote de su vestido apasionado que encajaba todo en su lugar.

—¿Se encuentra bien? —inquirió simulando preocupación.

—Disculpe, me mareé —aclaró temblorosa con una mano tocando su cabeza— el frío hace que mis sentidos se congelen, es muy irritante.

—Es entendible, mas mi principal duda es conocer porqué una joven tan dulce está vagando sola a estas horas mientras padece los estragos del clima.

—No es una respuesta muy elaborada, señor —hizo una pausa, meditando sus siguientes palabras— a veces la vida convierte a chicas buenas en unas muy malas. En mi caso, la razón fue liberarme de un hogar violento donde nunca sabías si la mañana siguiente despertarás vivo.

Él asintió con gesto comprensivo otorgándole la idea de una empatía no sentida por su trágica situación. Volvió a pasearse dudoso sobre la fémina para descubrir si se encontraba errado en sus suposiciones, ella se encargó de aclarar que, en efecto, no pasaba los diecisiete años. Su apariencia ingenua cobró razón.

—Las corrientes de aire empiezan a ser más fuertes, usted... ¿no desea entrar y calentarse conmigo?

Su visión subió hasta el letrero de luces posicionado en la parte alta del edificio ofreciendo un particular servicio de hospedaje. Su primera impresión fue que se trataba de un lugar de mala muerte, seguro a costo barato, suspiró pensando en el buen uso que iba a darle al sencillo sobrante en su pantalón. Cogió de la mano a la chica y se adentraron al local recorriendo un extenso pasillo donde había un cúmulo de parejas enrollándose a cada columna, sin duda un ambiente histérico, pero nada que no pudiese soportar.

Al llegar a recepción obtuvo una ojeada indiscreta por parte de la secretaria, sin embargo, esta desvió su atención cuando contabilizó el pago y encontró residuos de más para un voto de silencio.

Entre juegos y risas cómplices arribaron a la habitación, la joven se dejó caer sobre el colchón despeinando sus rulos dorados mientras extendía los brazos pidiendo ser tomada. No lo pensó dos veces, se lanzó encima atacando el cuello blanquecino.

La rubia se revolvió entre las sábanas mientras esparcía besos por todo su pecho, podía notar que era una inexperta, inclusive consideró la idea de una virgen. Lejos de retroceder ante tal perspectiva, su libido incrementó obligándole a sonsacar más suspiros a la chica. Rozó de cerca su boca degustando el labial sabor a cereza.

Catchy Melody! 【Wattstock19】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora