¡Hey! Jax (sin editar)

»06

—¿Que haces aquí? —Ari jadeaba. Pareciera que había estado corriendo.

—Es una cafetería Ari, estoy comiendo. —señalé el emparedado que estaba digiriendo. Su cara tan emocionada me desconcertó, me asusté. —¿Qué...?

No alcancé a terminar de hablar, me agarró del brazo y me sacó de la cafetería a tirones, apenas y tuve tiempo para llevarme mi mochila y no soltar el emparedado.

—¿Que haces ahi mientras deberías estar viendo esto... —dejo de hablar cuando salimos por las puertas entornadas. Intrigada alce la vista y quedé en shock.

El pasillo estaba vacío de estudiantes, no había ningún alma, pero lo que sí habían eran muchos, montones de papelitos verdes. Estaban pegados por todas partes, incluso algunos tirados por el suelo.

—¡Agarra uno y ve lo que dicen! —me animó Ari al ver que no salía de mi asombro.

¿Y esto en que momento había pasado?

Sin aguantarme más, me agaché y cojí uno de los que estaban tirados. Con la mano temblando por todas las emociones que me inundaban lo di vuelta.

En esa imperfecta caligrafía, escrito con rápido graft, la pequeña notita verde logró hacerme sentir algo que nunca antes había sentido.

«Necesito encontrar a una chica.

Es castaña
Tiene dos brazos
Algo me dice que no es tan alta.

Ofrezco recompensa.

Pd: es muy probable que esté siempre espiándome o se vea mucho cerca de mi casillero, el 305. Hasta puede que la vean metiendo cosas dentro de él. Papelitos amarillos para ser precisos.

Cuento con su apoyo.

-Jax Evans.»

Jax Evans... sonreí. Voltee a ver a Ari desbordada de la felicidad.

—¡Me está buscando!

Ella me tapó la boca tan rápido como había salido el chillido de mi interior.

—Sssshhhh... —en ese momento me percaté de que ahora en los pasillos no estábamos solo nosotras, sino que ahora estaba casi lleno, y con muchos curiosos sosteniendo estos papeles verdes en las manos leyendo lo que decían. Agarré un par más para confirmar que decían todos lo mismo y efectivamente lo hacían. Ari me jalo por los pasillos hasta el laboratorio de física antiguo, que ahora que habían construido los nuevos, nadie usaba y ahora se había convertido en una especie de bodega. —Desde ahora, todo lo que hagas podría ser reportado amiga, necesitas el doble de precaución al hacer las cosas que antes. Todavía no lo invitas al baile ¿verdad?

Negué.

—Pensaba hacerlo durante la semana, pero aún no me decidía bien el cómo. No siento que hacerlo por notitas sea lo correcto.

Descansó ambas manos en mis hombros.

—El baile es en dos semanas. Y estamos hablando de Jax. El chico que más recibe invitaciones a estos bailes por años. Si lo haces hoy mismo, tendrás suerte de que no le dijera que si a nadie antes ya.

Entré en pánico.

—¿Tu crees?

—Amiga, yo tengo que estar enterada de todo lo que ocurra en esta escuela.

—¡¿Y que hago?!

Mi cara se había desfigurado. Ella me alzó la barbilla haciendo que la mirara a los ojos desde mi pequeña altura. Pude notar un brillo determinado y perspicaz en estos.

—Yo sé exactamente lo que tienes que hacer.