CONTINUACIÓN...

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Lo había leído en una revista muggle. La vida de Sirius Black, decía en la portada de la revista Vogue.

Diez páginas, que releyo varias veces solo para comprobar, que su querubín era hija de Sirius, y legítima descendiente de Lita.

En esas 10 páginas, Sirius hablo libremente de su vida como abogado muggle, de sus casos más reconocidos, de su intachable vida, de sus padres, fallecidos aún jóvenes, de sus hermanos, criados todos por su abuelo paterno.

De su único amor, como y donde la conoció, su corta relación y huida, que la busco y aún no la encuentra.

No dio su nombre, por obvias razones, al ser Sirius tan famoso, también tenía sus enemigos en ambos mundos. Y en otros tantos no mágicos pero igualmente peligrosos.

Adam amaba a Jean, pero a pesar de que se llevaban bien y habían compartido sus vidas y su cama, sabía que lo quería, pero no lo amaba. Ya que sus ojos no brillaban al verlo.

Pudo notar también que Jean amaba los ojos de su hija y los miraba embelesada por horas, debía recordarle a alguien mas... A Sirius.

Lo había meditado por algún tiempo, y preparado en secreto la demanda de divorcio, para dejarla en libertad, aduciendo razones irreconciliables, para que ella pudiera estar con el amor de su vida. Una vez que ellos se encontrarán, sabía que eso ocurriría en cualquier momento.

Su amor era tan grande, que la prefería feliz con el amor de su vida, que infeliz con él.

Ya le había dado 22 años de felicidad y una preciosa niña que era su adoración y orgullo. Ahora era el tiempo de que ella también fuera feliz, y sonreía para sí mismo.

Mientras se acomodaba en la banca que estaba en el porsche de su casa, para escuchar el relato de su esposa, Adam,  recordaba la lectura de ese periódico londinense, y pudo comprobar que ambos compartían el mismo recuerdo e imagino viendo la mirada triste de su esposa, el dolor de sus ausencias.

Adam entendió todo, la atrajo hacia su pecho, para que llorará libremente y desahogara todo su dolor, una vez que sesaron sus sollozos y apenas gimoteaba, la tomó de la barbilla y le dijo,
- tranquila, yo te entiendo.

Y no te reprochare nada,  me has hecho muy feliz estos 22 años.

Y habiendo dicho esto, se separó de ella y le preguntó - ¿Cuándo le dirás la verdad a Hermione?

Jean lo miraba desconcertada, y a la vez sorprendida, ya que su silencio se debió en parte al temor que sentía por su respuesta y reacción.

Y lo que menos esperaba es que le perdonará y alentará a decirle la verdad a Hermione, sobre su verdadero padre, pensando que él se comportaría como un egoísta.

Que alejada estaba de la verdad y a pesar de esos años compartidos, ella no sabía ni la mitad de su vida.

Esa mitad que lo unia a Sirius y a Hermione eternamente, lo llenaba de tranquilidad, así podría seguir en la vida de su querubín, ya que para él, su hija era su ángel salvador, quién por su fuerte núcleo mágico, lo había protegido de Grindelwald, quién a pesar de su talento mágico, no lo hallaba para matarlo.

Y así Jean, permaneció indecisa por 2 años más,  ya que a pesar que lo busco por todas las redes sociales, y pagando a un detective, no hallaba a Sirius por ningún lado.

Tal parecía, se lo había tragado la tierra. O estaba muerto.

Esas ideas pasaban por su mente, aflojando algunas lágrimas, que eran eliminadas por ella, al llenarse de furia porque no la había buscado, a sabiendas donde vivía.

O eso pensaba ella, estaba tan alejada de la verdad, ya que siendo Sirius, un mago, no conocía Londres muggles, solo ciertos lugares, como el Palacio de Justicia, terminaba sus juicios y desaparecía.

Encontrarse era difícil, ambos eran de mundos opuestos, el tiempo paso, ambos maduraron, pero el amor no menguo, al contrario, crecía cada dia.

Más al enterarse al cabo de 8 años de su huida, que ellos tenían una preciosa niña de cabellos rubios y ojos avellanados, iguales a los suyos.

Pero que ya no vivía en Londres, sino en Provincias, junto con su esposo. Le abría dicho una amiga en común, que trabajaba en un Buffet de Abogados, llamada Helen Malfoy.

Después de tanto tiempo, y queriendo comprobar las palabras de Helen, Sirius volvió a Black Manor, y al entrar al salon donde reposaba el tapiz con el árbol genealógico de la familia, pudo comprobar la ramificación e imagen de una rubita hermosa de 8 años llamada Hermione.

A pesar que ellos no se volvieron a ver, Sirius, guardaba en su corazón el amor que sentía por Jean,  y mantenía viva la esperanza, de volver a  encontrarla algún día. 

Claro él quería conocer a su hija, esperaba que ella lo aceptará y perdonará su ausencia. causada por la inmadurez de su madre.

Porque si él hubiera sabido la verdad, se hubiera enfrentado al mundo mágico por ella, y la habría convertido en su esposa.

Pero el destino tenía algo diferente preparado para ellos, una nueva oportunidad para que Jean supiera que la seguía amando, como la primera vez que la vio, y así sería siempre, hasta que cerrará sus ojos.

Esperaba que su hija, siendo mestiza, heredara los núcleos mágicos de las 4 mujeres Black,  antecesoras de ella, y sea tan inteligente como su madre o mejor.

Pero Hermione, por así decirlo era la reencarnación de Lita Black, pero más poderosa y decidida.

Con un gran peso en sus espaldas, la destrucción del vampiro más desgraciado y sanguinario de los últimos 1000 años.

Una vez terminado el ritual de iniciación y del escudo protector que realizó Hermione, para protegerse del vampiro, se lanzó a los brazos de sus padres para compartir con ellos su reciente descubrimiento, que la llenaba de felicidad.

Mientras los 3 se abrazaban, Lestat pudo entender el motivo exacto, del ¿Por qué la rubia le atraía tanto?.

Ensombreció sus ojos y se dijo,
- aún puedes ser mia Lita Black, pero está vez seré yo él que te mate.

Así pasaron la tarde, hablando de sus vidas, Sirius les contaba sus aventuras de niño en Hogwarts.

De su querido abuelo Regulus, e historias de las mujeres Black.





Danned VampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora