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—¡Eso ha sido una puta mierda, Deku!— exclamó el de pelo picudo. El nombrado suspiró mientras Denki sonreía, exclamando el “Strike 1”.

—¡Si dejaras de gritarle, quizás podría concentrarse!— contestó el niño rico, Bakugo puso los ojos en blanco.

—¡Eh!— gritó Kirishima, haciendo el gesto de tiempo y mirando su reloj.— ¡Son las tres y media! ¡Hora de irnos, pringados!— se giró a Bakugo y le dio una palmada en el hombro.— Eh, Blasty, ¿Te vienes a casa a comer?— preguntó, el chico rubio asintió y recogió su guante y su bate.

—Vamos.

—¿A las cuatro y media aquí otra vez?— preguntó Tokoyami, Dark Shadow repitió en su hombro “Otra vez”.

—¡Claro, nos vemos ahora!

—§—

—¡Vamos, pelo menstruación!— gritó, Kirishima rió y aceleró al correr, los vaqueros estaban sucios y rotos, los hilos blancos estaban grises de lo usados que estaban estos.

—Como quieras, Blasty— contestó, echando a correr delante de él, Bakugo gruñó y lo siguió, cabreado porque le hubiera ganado ventaja.

—¡Oh, vamos, eso no es justo, pelo mierda!— Kirishima soltó una carcajada, aunque frenó en seco. Chocó con Deku, que cayó al suelo encima de él. Ambos rieron y se levantaron. Kirishima se sacudió la camiseta blanca.

—¿Qué pasa?— preguntó, Denki le chistó y Todoroki y Tokoyami señalaron la valla recubierta de tela verde que protegía su "campo".

—¡Y YAOMOMO VA A POR EL HOME RUN TRAS UNA INCREÍBLE BATEADA QUE CASI ENVÍA LA PELOTA FUERA DEL CAMPO!— gritó una voz aguda, Bakugo frunció el ceño.— ¡PUNTO PARA EL EQUIPO ROJO!— exclamó otra vez, Kirishima también frunció el ceño, extrañado.

—¿Esa no es la voz de la novia de Sero?— le preguntó a Denki, este asintió varias veces.

—Me la suda quién coño sea, están en nuestro puto campo— cuando se iba a mover, Todoroki le cogió de la mano.

—¿Vas a echarlas?— preguntó, alzando una ceja y colocándose la gorra al revés.— Porque no es justo que sólo vayas tú y nos dejes en ridículo a todos.

Deku asintió.

—Todoroki tiene razón— Bakugo se enfrentó a él.

—¡¿Crees que nos dejaría en ridículo?!

—¡N-No es eso, Kacchan! ¡Me refiero a que debemos entrar todos porque somos un equipo!

—¡Además, son putamente preciosas!— exclamó Kaminari, Kirishima le dispensó una colleja.

—Son el enemigo: están en nuestro campo. Aunque tienes razón.

—¡Qué os jodan!— exclamó Katsuki, poniéndose el bate al hombro y entrando a su campo.

—§—

—¡Venga Ochaco, batea con fuerza!— exclamó Hagakure, una muchacha de pelo castaño y ojos verdes con una sonrisa, animando a su amiga, que apretaba con fuerza el bate.

—¡Eh, niñatas!

—¿Huh?— preguntó Jirou, girándose a mirar al grupo de chicos que se acercaba a ellos.

—¿Quiénes son estos?— preguntó Tsuyu, Yaoyorozu le sonrió al chico de pelo rojo y blanco.

—Buenas, Todoroki.

—¡Oh, Kirishima y Kaminari!— exclamó Mina, olvidando que estaba guardando una base, echando a correr hacia ellos con una sonrisa.— ¡Mi nombre es Mina Ashido, soy la novia de Sero!— extendió la mano que no tenía el guante para que se la apretaran. Kirishima alzó una ceja, Kaminari la apretó con una sonrisa.

—Un gusto.

Bakugo lo miró mal y Kaminari se soltó a regañadientes.

—Este es nuestro campo— Uraraka soltó un grito.

—¡Oh, lo sentimos tanto, lo sentimos muchísimo! Ahora nos vamos, ¿verdad, chicas?— se giró a ver a sus amigas. Tsuyu y Hagakure asintieron, Jirou, Mina y Yaoyorozu se cruzaron de brazos.

—¿Disculpa, perro?— preguntó Jirou, con el bate apoyado en el hombro y el casco de color rojo puesto.

—¡¿PERRO ME HA LLAMADO?!— un grito de "cálmate, Kacchan" lo silenció durante unos segundos.

—Veréis— empezó a hablar Tokoyami, las chicas alzaron una ceja.— No queremos problemas.

—Genial. Allí está la salida entonces— señaló Mina, con una sonrisa encantadora. Tenía el pelo corto, rebelde y de un color rosa muy pastel. Su piel era morena pero ahora, en contra del sol, parecía rosa.

—¿Perdón?— preguntó ahora Deku, cruzado de brazos.

—Nos habéis oído— habló ahora Jirou. Miró hacia atrás donde tres chicas eludían la discusión. Les hizo un gesto que se acercaran.

—Nosotras tampoco queremos problemas— habló con suavidad Uraraka. Tsuyu asintió y Hagakure jugaba con la pelota en sus manos, pasándola del guante a la mano.

—Perfecto. Pues os vais y olvidamos que esta tontería ha ocurrido— Todoroki sonrió afablemente, Yaoyorozu le clavó la mirada con intensidad.

—¿Dónde está Iida?— cuestionó, mordaz.— Quiero hablar con alguien con cerebro.

Los seis chicos le dirigieron un gruñido colectivo.

—Hemos llegado antes, es muy sencillo— habló con seguridad Kyoka, las chicas la secundaron.

—Pero si sois chicas, ¿qué béisbol se supone que hacéis? ¿Con bordados?— Bakugo, que se había mantenido callado, sonrió de forma malvada. Jirou agarró el bate con las dos manos.

—Y ahora que lo veo, tu cabeza se parece a una pelota, imbécil— Yaoyorozu la paró, una mano en su hombro. Miró tranquila a los chicos, clavando esos ojos color ónice.

—Esto se puede decidir de una manera muy sencilla— sonrió, cogiendo la pelota de las manos de Hagakure.

—¿Ah, sí?— preguntó Bakugo, Momo lanzó con fuerza la pelota, que le dio en la frente. Bakugo cayó sentado en el suelo, Momo sonrió, agachándose a su altura y bajándole la gorra a los ojos.

—Con un partido.

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