EL PROBLEMA

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Todos tenemos que hacer sacrificios por un bien mayor; incluso si es a costa de perder la felicidad. Los recuerdos ya no eran como antes, un mundo de colores brillantes, ahora solo era un degradado de tonos marchitados por el tiempo. Ya solo quedamos los dos.

Una adolescente que apenas estaba rosando los 18 años, estaba caminando libremente mientras daba pequeños saltos por los pasillos de un lugar bastante penumbroso y metálico. se podría decir que la atmósfera tétrica del lugar no encajaba con la personalidad de aquella castaña sonriente.

Su cabello era largo y lacio de un color castaño chocolate, que era sostenido por una diadema de color turquesa brillante. Su iris era de un color azul muy hipnotizarte y vestía un uniforme de compuesto de una chaqueta color turquesa, una camisa negra de cuello doblado, que decoraba un moño del mismo color que se encontraba bien atado a su cuerpo. Unos guantes negros muy delgados, Una falda de botones por encima de la chaqueta, medias veladas que cubrían sus delegadas piernas y unos zapatos de tacón bajo que a la vista eran muy elegantes. en pocas palabras... era lo más similar a una asistente de mago.

Su andar era constante y alegre. Se dirigía a una habitación de enormes y pesadas puertas, donde lo custodiaban a cada lado dos enormes Golems completamente metálicos, con grietas de color verde, que despedían pequeñas cantidades de vapor al moverse. La chica se detuvo en frente de a ellos, con su notoria diferencia de tamaño.

- Hola izquierda, hola derecha – les sonrió a ambos – ¿Está mi hermano? – pregunto ladeando la cabeza.

Los enormes guardias solo asintieron lentamente mientras se alejaban de la puerta y abrían las puertas. La castaña avanzo al mismo paso de como vino he hizo un ademan con la mano en señal de despedida.

En las profundidades de la antigua biblioteca, un chico de anteojos delgados, con ojos azules profundos, cabello castaño y uniforme elegante; estaba analizando algunos libros que flotaban a su alrededor mientras los ubicaba en la alta repisa donde solo una escalera de más de quince metros podría llegar ahí.

-volumen número 32 de "Espectros malignos" ... – pensaba en voz baja. sus brazos estaban cruzados mientras se tocaba el mentón con los dedos. – Aquí. – el libro que había indicado con ese título en su portada, fue levitando ágilmente hasta posicionarse en la ranura que se encontraba vacía – el sexto tomo de "crónicas de los celestiales" ... - miraba los ligares de la repisa. – Aquí. -el libro se posiciono como el anterior – vamos a ver... la edición de la "analogía de los druidas" ... - su mente estaba tan ocupada en organizar cada viejo libro en su lugar, que no se percató que alguien más estaba a su lado.

- ¡DIPPER! –

El estridente ruido que produjo la castaña fue tan fuerte, que los libros flotantes dejaron de brillar y solo terminaron cayendo sin ningún remedio al suelo junto con algunos documentos que aún estaban en el librero. aquel susto repentino hizo que su hermano perdiera momentáneamente el equilibrio en aquella larga escalera, y tambaleándose de un lado al otro. Afortunadamente logro sostenerse de la repisa que estaba organizando para no caerse.

- ¡Maldita sea Mabel! – volteo a ver a su gemela con un rostro enojado – ¿¡que te he dicho de hacer eso mientras acomodo los libros!?

- Deja de ser tan aguafiestas. No fue para tanto bebe llorón. – 

- Díselo a los libros de hace 7.000 años de antigüedad que se encuentran en el suelo. – su cara aún seguía molesta, pero con las facciones un poco menos notorias.

- Ya ya perdón hermano. Es que te estaba llamando desde abajo varias veces, pero no me escuchabas. Así que decidí subir por el otro lado.

Su gemelo la miro con impresión y con de duda. ¿Era posible que estar tan sumergido en su trabajo no le haya permitido escuchar la voz de su hermana?

La Prisión de los GuardianesWhere stories live. Discover now