II TE CONOCÍ

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Lo que podría ser un salón en completo silencio, se ve interrumpido por el sonido de unas teclas de máquina de escribir, y eso podía volverse un poco molesto y más cuando se trataba del cambio que hacía la máquina de un renglón a otro.
Aun así, todo parece transcurrir normal, hasta que, en un momento, cuando la máquina hace un cambio de renglón nuevamente, se oye a uno de los alumnos decir:

- Sube - haciendo la simulación a lo que normalmente dirían al tomar un elevador, seguido a esto el lugar se inunda de numerosas carcajadas de los presentes. 

Joaquín, era el causante de todo este suceso, pues era él quien estaba haciendo uso de aquella máquina de escribir. Lo único que hace es una mueca al escuchar todas esas risas tras su broma, parece ser que está acostumbrado a esto. Pero a quien no parece agradarle en lo absoluto la situación, es a Nicole pero hasta el momento no dice nada.

-Me puede explicar ¿Qué es lo gracioso joven Rogelio? - Se oye hablar a la profesora en un tono demandante 

-Nada profesora- Responde el chico intentando ser serio 

-Eso no fue divertido ¿Hasta cuándo van a entenderlo? - Habla Nicole viendo a todos con desagrado y molesta de que la gente no admita lo que hace.

-Métete cuando sean tus asuntos, señorita vara humana – Habla Diego, quien además es amigo de Rogelio

-Eres un imbécil - Ella realmente estaba conteniendo las ganas de levantarse en ese mismo instante y plantarle una cachetada a ambos.

-Suficiente todos, ¿En dónde creen que están? Por favor cálmense todos y dejen de hacer bromas de mal gusto, me queda claro que Rogelio y Diego sentándose juntos no funcionan y me veo en la necesidad de separarlos, así que Rogelio toma tus cosas y ve a sentarte en la silla disponible detrás de Joaquín-

-No profesora-

-Si Rogelio-

-No puedo sentarme atrás de Joaquín, va a ser mucho más molesto estar cerca del sonido de las teclas de esa máquina todo el día, si me siento detrás de él, también significa tener que ayudarlo todo el tiempo, NO PUEDE HACER NADA POR SI SOLO- 

-SUFICIENTE ROGELIO, no vas a tener que ayudar a nadie en la oficina del director, toma tus cosas y ve a dirección- 

-Profesora eso es demasiado- dice Rogelio en voz baja

- ¿Y qué hay de Nicole? ¿Ella no tiene que ir también a la oficina del director? -Menciona Diego

- ¿Y qué tal tú? ¿Quieres ser su acompañante? - responde la profesora- 

-No gracias...-

-Rogelio te estoy esperando, vete ya- al parecer su paciencia se estaba colmando

De pronto alguien toca la puerta, todos voltean expectantes para ver de quién se trata, la puerta se abre y un joven alto, de cabello rizado y sonrisa tímida, asoma su cabeza.

- ¿Es este el salón 265? - Habla pareciendo algo inseguro

-Si, este es, adelante, pasa – dice con amabilidad 

El chico entra, cierra la puerta y da un vistazo rápido a todo el salón buscando una silla vacía, hasta que ve la que está detrás de Joaquín.

- ¿Puedo sentarme en esa silla vacía? - dice inocentemente y todos se ríen , él parece no entender y se asusta un poco

-Jóvenes silencio- habla la profesora- Si claro, puedes sentarte ahí

Rogelio se levanta de su lugar y procede a caminar hacia la puerta, antes de eso pasa a un lado de el chico, lo toma por el hombro y le dice algo aparentemente en voz baja, pero aun así pudo ser escuchado por varios a su alrededor, provocando más risas.

Mi forma de ver el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora