D i e c i n u e v e .

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8 de mayo de 2019

Me despedí de Sean al llegar a casa. Lo besé suavemente y él sonrió contra mis labios, para después agarrar mi camiseta cuando me iba a separar y volver a besarme con más intensidad.

Qué fácil era encenderme siendo Sean. Solo tenía que acariciarme cualquier parte del cuerpo y de cualquier forma, y yo ya estaba pidiendo más. Gemí en un quejido cuándo se separó.

—Tenemos los exámenes —me recordó —. Créeme, soy el primero que quiere tomarte en brazos, llevarte hasta mi casa y hacerte el amor en cualquier parte de la casa, pero también soy el primero que quiere verte orgullosa de ti misma al aprobar los exámenes.

Hice un puchero pero él sonrió.

—Me parece horrible que los exámenes no me dejen tener sexo —me quejé. Técnicamente iba a ser una broma pero había una parte real en ello. Apenas tenía tiempo para nada desde que la época de exámenes había comenzado —. Exijo una reclamación.

—Sí, mañana mismo vamos al despacho del director y le comentamos lo mucho que nos molesta no poder follar por culpa de los exámenes —bromeó.

—A mí me parece buena idea —reí —. Pero no voy a olvidar lo que has dicho.

—¿Cuál de todas las maravillas que salen de mi boca? —dijo. Puse los ojos en blanco.

—Lo de que quieres "hacerme el amor" en cualquier zona de la casa. —Hice comillas con los dedos y todo para burlarme de su cursilería. Ésta vez fue él quien puso los ojos en blanco—. Iré preparando una lista.

—Me asustas.

—Para nada. En tu casa hay sitios tan raros donde hacerlo.

—¿Y en la tuya sí?

—Mmm, no —dije después de imaginar mis opciones.

—A ver, ilumíname. Dime cómo te gustaría hacerlo una vez terminen los exámenes.

—Pues —puse los brazos al rededor de su cuello —, contra la pared, sobre la mesa del comedor, en la cocina... —lo besé de nuevo. Él gruñó.

—Mierda, para qué te pregunto —se quejó. Solté una carcajada y me aparté de él —. Qué ganas de que acaben los exámenes.

Asentí con la cabeza.

—Más nos vale aprobarlo todo. Así la espera habrá merecido la pena —le guiñé un ojo.

—Sí —besó mi frente —. Nos vemos mañana.

—Sí —sonreí —. Estudia mucho.

Nos separamos del todo por fin y yo caminé hacia mi casa. La puerta estaba abierta, lo cual me extrañó, ya que mi madre normalmente llegaba del trabajo después que yo.

Me tranquilicé al ver sus zapatos en la entrada. Su bolso también estaba en su sitio, lo cual quería decir que estaba en casa. Dejé mis cosas y subí las escaleras hasta la habitación de mi madre. Toqué a la puerta un par de veces, pero solo escuché un quejido por su parte.

Abrí la puerta con cuidado. Ella estaba encogida en su cama, parecía que estaba apunto de dormirse justo cuando yo había llamado a la puerta, por lo que volví a cerrarla para que durmiese tranquila.

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. Venía con un hambre atroz del instituto. Estos últimos días habían sido bastante cansados, todo lo que hacíamos  en clase era repetir cosas para los exámenes.

Había logrado aprobar el de historia a pesar de esos ejercicios que no completé, y aunque mi nota no había sido tan buena como hubiese querido, mis profesores habían decidido que no afectaría a mi nota final debido a los inconvenientes externos al examen. Eso me había aliviado infinitamente, pero no me podía relajar. Mayo estaba lleno de exámenes importantes y el mes apenas había comenzado.

Heather & Sean ✔️ | En librerías (abril 2024)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang