𝚋𝚎𝚜𝚝 𝚏𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍.

×d i e z×

Obviamente no era nada fácil ahora.

Sus ojos llorosos, su respiración entrecortada. Todo se fue a la mierda.

— No voy a permitir que te le acerques a RenJun — Mack se acercó enfurecida —, luego de lo que pasó, ni siquiera lo podrás mirar, ni siquiera pensarlo, ¡¿Oiste, estúpido?!

— S-sí — asintió tragando saliva y la miró.

— Más te vale, maldito infeliz — la muchacha alzó su mano y le pegó, le pegó una cachetada.

[...]

Cinco meses.
Cinco meses de sufrimiento.
Cinco meses en los que DongHyuck no veía a RenJun.
Cinco meses en los que ese algo de años fue separado por otro algo de meses.

[...]

Lee estaba acostado en su cama, llorando silenciosamente.
Su pecho dolía, y sus lágrimas no paraban de caer.

Abrazaba fuertemente su almohada y trataba de tranquilizar su respiración.

[...]

5.00 am.

Hyuck caminaba solo, bajo la luz de la luna. Se protegía del frío con una simple camisa y un pantalón.

Llegó a un puente.

Oh, Lee DongHyuck, ¿Por qué haces esto? No puedes caer tan bajo...

Subió a la reja y miró un poco hacia abajo. Se asustó, pues era muy alto, más alto de lo que creía.

Suspiró y dió un paso adelante, listo para caer.

— ¿Hyuck? — una voz conocida se hizo presente — ¡Hyuck!

El castaño abrió sus ojos y giró su cabeza.

— Oh, eres tú — volvió a mirar hacia delante.

— ¿Qué crees que haces? — RenJun sonaba desesperado.

— No sé, simplemente quiero acabar con éste sufrimiento — dijo sin mirarlo.

— ¿Qué? — se acercó — Necesito una respuesta concreta, Hyuck.

El castaño suspiró y lo miró a los ojos.

— Huang RenJun, tu novia — dijo sin más.

— ¿Qué? ¿Qué tiene Mack que ver?

— Que cuando me dijiste que Mack te gustaba, mi corazón se partió en dos. Cuando me dijiste sobre declararte, los pedazos se partieron en ocho, sabiendo que si aceptaba, estarías con ella...

RenJun lo miró confundido.

— Cuando dijo que sí, se convirtieron en dieciséis. Cuando casi hicimos el amor, se volvieron cuatro. Cuando me dijiste que no, volvieron a los ocho.

— Hyuck...

— Espera — lo interrumpió —, y ahora, cuando no nos volvimos a hablar, ni a ver, ni a pensar, me quedé sin corazón.

— Hyuck... Yo... — el rubio quedó paralizado.

— ¿Sabes? No importa ya. Tienes una novia que te ama y tú la amas, tienes nuevos amigos, que llegaría a decir que son mejores que yo — suspiró —. Básicamente... Eres felíz.

Dió un paso hacia delante.

— No, Hyuck no — corrió hacia él — ¡No, Hyuck! ¡No lo hagas! ¡No soy felíz sin ti!

— Te amo, baboso — sonrió —, me gustas — cerró sus ojos con fuerza y...

Cayó.

Cayó desde el puente que estaba a kilómetros de distancia del suelo.

— ¡Hyuck! — gritó entre sollozos — No... Hyuck... — asomó su cabeza con lágrimas en los ojos — Tú... También me gustas...

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