Un Chico Cómo Tú

Un chico como tu

— ¡Demonios Draco! Sal del baño.

Draco se había levantado más tarde de lo que habían acordado, por lo que iban atrasados a la universidad.

— No seas llorón, ya salgo — Se escuchaba a través de la puerta.

— ¿Cuándo vendrá el gasfiter? No puede ser que tengamos que compartir un baño, teniendo dos en el departamento.

— La, la, la, la, — Cantaba el rubio dentro del baño.

— Maldito hijo de... — Se recostó dramáticamente en su cama.

Se conocían desde pequeños, sus padres coincidían mucho en el ministerio por lo que siempre se veían en las fiestas que se organizaban con la familia, en esas mismas juntas, se habían hecho amigos de Ron. Los tres se llevaron bien desde principio. Comenzaron a juntarse más seguido, iban a la mansión de Draco a pasar tiempo con él, ya que la mayor parte del tiempo estaba solo cuidado por su nana, porque sus padres pasaban mucho en el extranjero.

Las cosas empezaron a cambiar cuándo entraron en la adolescencia, Draco comenzó a revelarse contra sus padres, saliendo de su casa sin avisarle a nadie o no llegando a dormir. Harry trataba de controlarlo, Ron también, pero no entendía del todo la actitud de Draco. En cambio, Harry siempre estaba al pendiente. Había nacido en él una necesidad imperiosa de protegerlo. Draco sabía de eso, sabía que Harry siempre estaba a su alrededor, lo que lo hacía sentir, seguro.

Comenzó a tener relaciones sexuales muy joven y a salir con gente mayor a fiestas. Draco iba en una escuela muy exclusiva por lo que no le fue difícil conseguir sustancias ilícitas para pasarla bien. Sus amigos de infancia no estaban de acuerdo con sus nuevas prácticas, pero decidieron no hacerse a un lado. Después de todo, ellos eran los únicos amigos reales que tenía.

Ron y Harry iban a la misma escuela, ahí conocieron a Hermione la chica más inteligente de su salón. Antes de entrar en la universidad, Ron se hizo novio de ella y desde entonces los cuatro se hicieron muy cercanos, Draco era un chico inteligente por lo que con ella siempre podía mantener conversaciones interesantes.

Harry y Draco comenzaron a vivir juntos desde que entraron a la universidad, los padres de Draco le rogaron que siguiera una carrera universitaria en Francia, ya que ellos estarían fijos allá por varios años, Draco les habría dicho que no, que no seguiría estudiando si se iba a de Londres, pero que, si se quedaba, estudiaría lo que ellos quisieran. Sus padres aceptaron y le compraron un departamento que le quedara cerca de la universidad.

Los padres de Harry viajarían por un tiempo a otro lugar por lo que Draco y él decidieron que vivirían juntos mientras estudiaban. Los padres de ambos aceptaron. Los de Draco le dijeron que apenas saliera de la universidad se tendría que ir a vivir con ellos para hacerse cargo de las empresas Malfoy, éste con la condición de que mientras estuviera estudiando, no se meterían en su vida, aceptó.

Le mandarían una cantidad generosa de dinero todos lo meses para que viviera cómodamente, las regalías económicas nunca fueron un problema para los Malfoy, es por eso que siempre cubrían las faltas de cariño con cosas materiales. A esas alturas Draco ya sabía manipularlos muy bien para conseguir todo lo que quería.

Desde que empezaron la universidad ya habían pasado cuatro años, ese era el último para ambos, Draco se dedicaba a ir a fiestas e involucrarse tanto con chicas como con chicos, aunque nunca faltaba a clases, si bien no era de los que llevara cuadernos, siempre obtenía excelentes notas, muchos creían que se acostaba con los profesores, pero la verdad era que Draco siempre sobresalía en todo lo que hacía.

— Es muy tarde, menos mal que vivimos cerca — Harry andaba rápido en bicicleta — ¿Por qué te levantaste tan tarde?

— Me quedé follando hasta tarde anoche — respondió Draco con soltura desde la parte trasera de la bicicleta.