Parte 1 Sin Título

7 0 0
                                    

Eran las 6 de la mañana y mis amigos y yo nos disponíamos coger el último autobús que aquella noche saldría de la dársena de plaza de armas. Acabábamos de terminar nuestra jornada laboral, la cual había resultado ser excesivamente extensa en aquel día, provocando que saliéramos a última hora de la madrugada.

En aquel vehículo había pocas personas a excepción de nosotros tres, dos mujeres y un hombre de una edad aparentemente avanzada, provocaban que el silencio reinara en aquel lugar, uno tan fuerte que ninguno de nosotros parecía tener fuerzas para romper. Poco a poco, cada uno de ellos fueron abandonando el autocar hasta que solamente yo, que vivía en la última parte de la ciudad, quedé allí.

En ese momento, una mujer de pelo completamente negro y una piel tan blanca como la nieve se montó en el automóvil, sentándose unos bancos un poco más adelante de mi y generandome una sensación de angustia que me resultaba totalmente difícil de explicar, lo cual se acentuó por un sórdido olor a carne en descomposición, que fue penetrando en mis orificios nasales, impidiéndome respirar con normalidad.

Aquella sensación de asfixia fue creciendo a medida que el tiempo iba pasando, el olor se hacía cada vez más fuerte y el aire estaba cargándose de una densidad impropia, lo que acentuado por la sensación de estar siendo vigilado me hacía sentir enormemente incómodo.

Algo me decía que todo venía de aquella extraña mujer, tanto el olor como aquellos ojos en la penumbra habían aparecido junto a ella y el silencio, antes embriagador, era completamente pesado debido a la oscuridad que la acompañaba. Lo único que me reconfortaba en aquellos desesperantes momentos, era la ilusión de las pocas paradas que me faltaban para poder llegar a mi hogar, aunque había perdido toda noción del transcurrir del tiempo, desde hacía ya bastante rato.

Sin embargo, ni siquiera el pequeño trayecto que me separaba de mi destino conseguía reconfortarme, planteándome seriamente abandonar el lugar y continuar el recorrido a pie. Cuando, desde el único otro asiento ocupado, ví cómo aquella mujer se levantaba para abandonar el autocar, dirigiéndome una mirada que me llenó de un profundo terror, aquella figura tenía una sonrisa cortada en su rostro, con una profunda cicatriz que le recorría la cara de un extremo al otro y sus ojos transmitían una mirada totalmente macabra.

Cuando terminó de bajar las escaleras que comunicaban el autobús con el pavimento de la calle, no podía hacer otra cosa que mirar aquella figura atentamente, debido a la intriga por saber que era aquel ser. Observando con una fija atención, ví como la señora se situaba justo delante de mi ventanilla, pareciendo que se estaba despidiendo desde las sombras hasta nuestro próximo encuentro; mirándome fijamente, iluminada por la luz de un coche que estaba pasando cerca, demasiado cerca, tan cerca que... acabó atravesando por completo su cuerpo. Pero, de lo que esperaba que se hubiese convertido en un charco rojo de sangre, no había más que la nada.

El resto del trayecto fue completamente normal, llegando a mi casa en apenas unos cinco minutos después de aquella horrible despedida. Sin embargo, al penetrar en su interior y recostarme en mi cama, protegido por la acogedora oscuridad de mi morada, una sola pregunta ocupaba mi mente sin querer despegarse de ella ¿Qué tan cierto era lo que había visto? Y ¿Porqué me parece estar observando una extraña sonrisa al final de mi pasillo?

Naabot mo na ang dulo ng mga na-publish na parte.

⏰ Huling update: Sep 21, 2019 ⏰

Idagdag ang kuwentong ito sa iyong Library para ma-notify tungkol sa mga bagong parte!

DesesperaciónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon