Part 5

468 48 7
                                    



Me sentía realmente agitado, mi cabeza no tenía pensamientos claros y el sabor a chocolate en mi lengua no hacía mas que confundirme. Luego de aquella intensa respuesta no sabía qué responder, definitivamente el que había enloquecido era yo.

-Hey ¿estás bien?-

La cara de Yuki estaba realmente roja y podía escuchar su respiración, no era consciente de lo atractivo que se veía en medio de aquel caos tratando de preocuparse por mi cuando debía hacerlo por sí mismo. Alcé mi mano para sostener su mejilla, su cara de sorpresa fue como la de un niño, tan expuesto frente a mi, tan sincero. Lo acaricié suavemente buscando calmarme yo mismo, hasta que sentí que sus mejillas volvían a su temperatura normal, parecía querer decir algo pero realmente consiguió hacerlo.

Una vez que yo mismo recuperé algo de mi sentido común me di cuenta de que quizá este era el momento que habíamos estado ignorando durante todo este tiempo. Cuando aun era un niño ya había descubierto mis sentimientos por él, me repetí mil veces que todo era a causa de la gratitud, del hecho de que había sido rescatado por él de los golpes de mi padre y de que había conseguido tener una vida normal, pero en el fondo mi corazón seguía agitándose cada vez que sostenía mi mano, me abrazaba o nos dormíamos juntos. Todo lo que había en mi cabeza era él, cuando compartía mi comida la mayoría era para él, no me importaba darle menos a los demás o a mí mismo, cuando él hablaba no importaba si alguien más lo hacía, solo podía escucharlo a él. Descubrí que quizá Hiiragi no me había estado juzgando sino que yo mismo me veía en sus ojos sabiendo que mi amistad no era pura, d epronto había una tormenta en mi cabeza.

-Mafuyu ¿estás bien?-

-No, no lo estoy Yuki-

Respondí al fin alejando mi mano, intenté mirarlo. Lo único expuesto aquí eran mis sucios pensamientos, apreté mis dientes con fuerza. Hice que Yuki hiciera una expresión de desamparo imposible, herirlo era lo que menos quería hacer, me encontraba en un punto donde podría arruinar todo y donde nada podría volver a ser lo que era, sin importar el rumbo que tomaran las cosas. Nunca digo las cosas apropiadamente, ni en la cantidad necesaria, esta vez quería decirlo con todas mis fuerzas pero tenía miedo. Yuki había estado haciendo casi todo por mi pero decirle sobre mis sentimientos era algo que solo yo podía hacer, después de hablar, caería en sus brazos y sería perdonado? 

-Me gustas... no como amigo, realmente me gustas...-

Fue soberbia lo que me mantuvo en pie en ese momento, vi en su cara un pequeño cortocircuito que me impidió leer su reacción, Yuki dio un paso hacía mi y tomó mi cara con ambas manos, podía sentir como el suelo de la cocina desaparecía, me sostuvo con fuerza y luego dejó caer su frente mi hombro y me abrazó, sentí un profundo suspiro de su parte que aligeró mi nerviosismo y luego sentí una risa infantil, mientras me estrechaba cada vez mas entre sus brazos.

-Me gustas Mafuyu-

Debo haber hecho algún tipo de cara estúpida cuando escuché eso, sentía que podría haber llorado de felicidad pero en lugar de hacerlo me apreté contra él satisfecho. Incapaz de agregar algo más a mi confesión escuché de él los detalles., el día del parque, los moretones que vio en mi, las veces que sostenía mi mano, las noches que me veía dormir, sus celos cuando Hiiragi intentaba alejarme su lado, como me observaba durante las clases, cuando comía, cuando sonreía, su necesidad de protegerme cada segundo. 

Yuki solo consigue darme paz con todo lo que dice y hace, me siento hechizado y afortunado por toda su bondad, no hay caos entre sus brazos, el suelo es tan solido como siempre. Voy a quedarme a su lado toda la vida, pensé. Luego me miró con una sonrisa tonta, le sonreí discretamente y se alejó ayudándose de sus brazos.

-He pasado un montón de noches pensando en hacerlo contigo-

Cómo alguien puede reírse luego de decir eso, mi cerebro se derritió por completo, creo que hasta mis orejas se volvieron rojas -¿Puede ser alguien tan bueno ser así de sucio?-  por qué habría de decir algo como eso en voz alta, realmente sentí que iba a morir, cubrí mi cara con mis manos para ocultar mi rostro avergonzado, no podía mirarlo a los ojos después de todo.

MELTEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora