El alumbrado habían dejado de iluminar el camino, lo único que me ayudaba a ver en la oscura carretera eran las luces de mi carro, le di una calada al cigarro y saqué mi mano por la ventanilla, el aire golpeaba mi cara y hacia mover mis rizos.
A la distancia, logré ver un gran cartel con luces rojas que decoraban al nombre del lugar, "Hotel California" se visibilizaba cada vez que me acercaba. La fatiga me estaba invadiendo, mis ojos se sentían cansados y bastante pesados. Decidí parar.
Baje de mi auto y por la gran puerta de cristal se alcanza a ver, ahí estaba él, haciendo no se que en una libreta, lucia hastiado. Entre. La campanilla de la puerta sonó, levantó la mirada y sonrió. Esa sonrisa, oh Dios mío, esa sonrisa avivaba el lugar más que aquellas velas que parecían estar ahí por falta de luz. No encontraba lógica ¿Por qué el gran letrero era iluminado por luces rojas y la recepción se encontraba llena de velas? No le tome importancia la verdad pues esa cara tan irreal y esos dientes blancos tan cuál perlas no me dejaban pensar en más.
—Esto podría ser el cielo o podría ser el infierno.–dije para mi mismo.
–Bienvenido ¿Hay algo en lo que pueda ayudarle?–su voz sonaba dulce, delicada. La sonrisa seguía decorando su rostro.
—Necesito una habitación.–apenas formulé, en verdad me encontraba anonadado con la belleza de ese ser. No podía ser real.
Se levantó y encendió una vela. Salió detrás del mostrador no sin antes tomar una llave. Comenzó a caminar y yo fui tras él.
Al llegar al gran corredor voces comenzaron a escucharse tras las puertas."Bienvenido al hotel California" se escuchaba.
Me encontraba perdido en aquellas voces que ni siquiera note cuando habíamos llegado a la que sería mi habitación.
—Bienvenido al Hotel California. Es un lugar encantador.–habló el recepcionista, sacándome de mis pensamientos. Me extendió la llave de la habitación y la tomé.
—Gracias.–Pronuncie. Estaba por irse.—Se ve un lugar muy lindo.–dije cualquier cosa solamente para que se quedara más tiempo.
—Tiene una fachada hermosa.–me respondió.
—¿Viene mucha gente aquí?
—Siempre hay espacio en el Hotel California.–lo mire extrañado ¿Quería decir que no?—En cualquier época del año. Lo puede encontrar aquí.–dijo y se marchó. Dejándome parado frente a la puerta, ofuscado. Sin encontrarle lógica a lo que me había respondido.
Holaaaaa!
Nomas quería saludar y pues darle la bienvenida a las personas que están leyendo esto, será una historia muy corta (si es que sigo lo que tengo planeado) espero neta que les guste y eso es todo, nos vemos más tarde.
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Hotel California (Emiliaco)
Short StoryEsto podría ser el cielo o podría ser el ifierno