Los Pilares y su vida Felina [Kimetsu no yaiba]

9 - Y observaron

La luz de la Luna iluminaba cada planta y flor del hermoso jardín; haciendo resaltar ese cabello azabache y la mirada sin color del mayor, aún así mantiene su reconfortante sonrisa. Frente a él yacía un cuervo.

—Entiendo, aún no hay noticias —su voz se oía tan tranquila que llegaba a calmar la tensión del ave—, mis niños estarán en peligro, necesito que hagan equipos, los cazadores no deben hacer misiones en solitario —comentó soltando un leve suspiro—. Los demonios están atacando seguido.

—Ya informamos a todos, he incluso seguimos buscando pistas de los pilares. Kamado Tanjiro junto a su grupo esta pensando en investigar también, dice tener una corazonada

Oía al cuervo con atención, pensando en todo lo que esta pasando últimamente.

—Déjalo, yo también tengo una corazonada —esbozo una tranquila sonrisa—. Mis hijos viven, lo sé. Cuento con ustedes, tengan cuidado.

Este asintió y comenzó a volar para seguir con su trabajo, dejando al mayor en paz.

No dijo nada, solo salio en sigilo, a pasos silenciosos; abrió la puerta y se escabullo fuera de ahi sin llamar la atención de aquellos felinos.
En el camino se acomodó sus nuevos guantes negros y mejorados; cubrían por completo las manos, eran más modos, protegían sus dedos de aquella tortuosa respiración. Mientras avanzaba se quedó pensativa, algo la molestaba internamente.

<Pienso demasiado en él...>

Si bien quería encontrarlo, era extraño pensar constantemente en esa persona, incluso en medio de batallas o sueños.

Las personas a su alrededor seguían avanzando, su presencia pasaba desapercibida y no le importaba. Ignoraba aquellas siluetas en movimiento, centrada en lo suyo mientras recordaba ciertos sucesos del pasado.

Paro en seco al notar el ocaso dando presencia ante ella, debía cumplir la siguiente misión.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una silueta. Acercándose diviso un felino, era grandulon: apretó los puños cuando vio esos ojos blancos y la cicatriz en su frente.