Acto primero: El inicio del fin

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[Raven]

De la forma que yo lo recuerdo, puedo decir que inició con un error. Un pequeñísimo error de nuestra parte al permitir que Nathan Summers, conocido como Cable, se perdiera en la continuidad del espacio-tiempo, dejándonos desamparados, a merced de lo que estaba por venir.

Se anunció de forma imperceptible. Ningún radar de alta tecnología de SHIELD o los Avengers pudieron detectar su presencia ascendiendo, acercándose, hasta que fue demasiado tarde. Lo teníamos sobre nosotros y solo supimos quedarnos atónitos, igual que un conejo pillado por los faros de un inmenso camión en la carretera. Tampoco Xavier y su máquina Cerebro fueron útiles hasta el último instante, cuando ya no valía de nada. Apocalypse se nos echaba encima, dispuesto a aplastar a la humanidad y todo lo que representaba.

Después, cuando ya tampoco quedaba tiempo para mí, me pregunté si realmente habría sido capaz de hacer lo que hice en circunstancias distintas. Si las personas a las que amaba y apreciaba hubiesen estado a salvo de su ira, quizás me hubiese quedado de brazos cruzados, pero no lo hice, porque no era la ocasión.

Para despertarle, el clan Akkaba debía abrir un portal, usando el poder contenido en un recipiente humano. O en palabras menos rebuscadas, un niño. Al que habían preparado durante toda su vida para este momento, para este sacrificio final.

La X-Force y mi antiguo escuadrón de Horna se encargaron de esa situación. Del asunto delicado que representaba asesinar a un pequeño de no más de 10 años con tal de frenar, literalmente, el apocalipsis. ¿Pero qué sucedería con el portal? Una vez abierto, como estaba, solo una fuerza equivalente podría cerrarlo. Y sin que nadie lo dijera, sin que nadie diera la orden porque, era obvio que nadie quería la carga del mando sobre sus hombros, tomé la única determinación que ha valido la pena en todos estos años.

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Liberé a la Bestia. Hice lo que debía hacerse por el bien de aquellos que más me importaban. Y no quiero el maldito reconocimiento por ello. No quiero nada más que llegar de una vez al final de la jodida línea.




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